jueves, 3 de enero de 2013

3113

Nada más empezar el año nuevo y ha llegado a la Goleta una barquilla con un saco de mensajes a cual más simplón y protocolario. No todos, desde luego, pues el “novum felicem annum tibi ago” pilló al náufrago con la corona de laurel propia de los héroes clásicos, recién terminadas las 7 recortadas uvas. Pero, en general, qué literatura más pobre, o retórica, o cursilona, o protocolaria, o inexpresiva, o abúlica, o repetitiva, o lacrimosa, o banal, o dormilona ….
Y después de los deseos, las promesas, los proyectos, las iniciativas, las propuestas, los pronósticos, los miedos, las oportunidades, las opciones, los presagios, las esperanzas, los agüeros …. -después- afincaron en el faro de Rocadura nuevos iconos, figuras, signos, letras, números, puntos, comas, puntos y comas, suspensivos, insignias, banderas, jeroglíficos, llaves, paréntesis … Y éstos dieron paso a las anotaciones, avisos, anuncios, apuntes, esquemas, croquis, resúmenes, corolarios, introducciones, copias, documentos, papiros, incunables … que -al caer la tarde- se convirtieron en asuntos, temas, lecciones, charlas, peroratas, monólogos, acotaciones, escenas … de personas, animales, cosas, carátulas, máscaras, fantasmas, objetos, cosas y cosillas, marionetas, disfraces, a-fotos y retratos … y siga usted poniendo todo lo que se le ocurra.


Fue una noche sonámbula que el náufrago ocupó fragmentando el gran problema del tiempo en edades, años, ciclos, estaciones, periodos, etapas, épocas, siglos, ratos y ratillos, madrugadas y mediosdías …. Y reconociendo la finitud del hombre que necesita trocear su vida (-su vida breve-) en tantos trocitos para hacerla más manejable. Nunca supo el náufrago qué significan realmente las doce campanadas, si la despedida del año que se va o la bienvenida del año que nos viene. Las dos cosas, me dice el sabelotodo que, como su nombre indica, es aquel que no sabe nada de nada.
Piense, querido lector, que no pueden celebrarse al mismo tiempo dos “contradictiones in terminis”, puesto que el tiempo ya es otro, quiero decir que ya nosotros somos otros en el tiempo. Estaba el náufrago sumergido en estas profundidades dialécticas, cuando recibe un whatsApp con carácter urgente que decía: ya tenemos el primer capicúa dentro de dos días, cuando sea el 3 del 1 del 13 = 3113.
El náufrago teme que el próximo día 13 le venga otro con el 13113, y el 31 de enero con el 31113 que, para colmo, se repetirá el 3 de noviembre. Y menos mal que noviembre no tiene más que 30 días, de lo contrario tendríamos que aguantar el 311113.
Así que vaya corriendo a buscar el 3113 para la lotería del Niño. Verá como tampoco le toca. Como el tío Gafotas siga en sus trece, el náufrago lo denunciará por acoso malfárico. ¡La madre que lo parió!

1 comentario:

  1. no tengo ningín número acabado en 13, me gusta el sistema...

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