lunes, 21 de enero de 2013

!Salvados ...!

               Después de las últimas lluvias, el atardecer resucita con ese brillo propio de los cuerpos adolescentes. Desde las miradas oceánicas de la Goleta, el náufrago disfruta -a compás- tanto de la sabia nueva de  la Ribera Baja, como del cromatismo húmedo de Villalobos o el escarceo erótico del paisaje de la Rábita. Todo el horizonte alcalaíno se hincha de color y de semillas tempranas. En esta disparatada crisis, al menos la lluvia está siendo generosa con los harapos de los andaluzados campos andaluces.
               Es tiempo de esperanza en los barbechos y en la venturosa mies de los almendros inmediatos. El faro de Rocadura se ríe con esa inocencia luminosa que le regala su amplio ventanal sobre las mansas aguas del Mare Nostrum. Vuelve el silencio fértil de las palomas … pero no todo es calma en la calma chicha del poblado.
               Parece que el programa “Salvados” (domingos, la Sexta) va a ser pasado por la piedra. Sería otro recorte más en la yugular de la crítica social. Como es sabido, este programa acostumbra a ventilar la corrupción, aireando todo tipo de trapicheos, robos y oscuridades de esa fauna voraz que todo lo mastica: los grandes oligopolios financieros y empresariales que, con la cómplice complicidad de los gobiernos, hace-deshace-construye-derriba-falsea-enjuaga-añade-elimina-blanquea-adultera según-para-por-cabe-con-bajo-de-desde-en-entre-hacia- sobre-tras sus intereses, deseos  y necesidades.
No menos indecentes son los silencios o altavoces (según convenga) de una tribu periodística con el plumero o el tirachinas (según qué) prestos a la diana. Por Salvados han pasado empresarios, financieros, políticos, intelectuales ... todos con sus más y sus menos. 
               Salvados queda, pues, como un islote en pleno maremoto informativo, rompiendo ese pacto vergonzante entre prensa y realidad y anunciando otra nueva quiebra de la dignidad. Dicen por ahí que, por primera vez, “un periodista quijotesco (Jordi Évole) se atreve a arremeter contra los colosales molinos de viento”. 

Le llega al náufrago la muy probable probabilidad de que el programa tenga los minutos contados, ya que los grandes oligopolios se han dirigido al grupo Planeta, propietarios de Antena 3 y la Sexta, para que tome nota. Es fácil adivinar que lo que sigue tras la protesta no es más que una retahíla de amenazas.
               Si el PP está recortando derechos y garantías en los servicios sociales, no es menos grave el recorte de las libertades (expresión, opinión, pensamiento) y el deterioro de los grandes principios de igualdad, tolerancia y solidaridad.
¿Salvados?... ¡Salvados! … ¿Salvados! Juegue el lector con los distintos tonos y exclamaciones. 
               Por si esto no fuera suficiente, el náufrago se entretiene en leer  la entrevista que le hacen a Santiago Sierra (El País. Babelia, 19-1-13). Santiago es el pintor que rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas (2010) y que acaba de inaugurar Los Encargados, una procesión pictórica por la Gran Vía madrileña. La entrevista es ¡la hostia!... Hay un párrafo aterrador. Dice: “España es un país en donde las cunetas están llenas de olvidados y las calles llenas de intocables; aquí se entierra a los fascistas con música de gaiteros y la gente se divierte torturando bestias los domingos”… ¡Estamos salvados!


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