jueves, 15 de marzo de 2012

Perfil e imagen

El día en el que se jubiló mi hermano Enrique, lei este soneto dedicado a él, junto con una breve y sentida semblanza del hombre que había dedicado a la Safa alcalaína 40 años de docencia. Un hombre que no tuvo homenajes, ni reconocimientos, ni vítores ... en esta tierra con tanta querencia a los aplausos forasteros.

El náufrago cree que el elogio de lo cotidiano debería ser moneda más corriente por estos lares. Por eso -desde su isla- reproduce el poema como pequeño regalo fraternal, nunca mejor dicho.




Es el soneto nº 19 de la próxima Antología de sonetos, colección de 51 poemas
que aparecerá en este año de 2012.

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