miércoles, 23 de octubre de 2013

Poesía y República

       ¿Qué sabemos nosotros de los viejos caminos, qué podemos nosotros recordar de la pasada guerra … Dime por qué el azul sagrado es el color de los que nunca vuelven. ¡Dímelo, otoño mío! El próximo sábado, organizado por los Lunes Rojos del PSOE alcalaíno, militantes y simpatizantes socialistas harán un viaje, dentro del programa turístico-cultural Interciudades. Entre las visitas y actos le llega al náufrago la preparación de una actividad del programa que para éste tiene especial importancia: el recital poético que se ofrecerá en homenaje a la II República Española. La cita tendrá lugar en el patio de la casa del que fuera presidente republicano, D. Niceto Alcalá Zamora, en Priego.
         Con los versos que presiden este escrito se iniciará el recital. Son de A. Trapiello, quien nos pregunta sobre los viejos caminos de la guerra, sobre los pequeños pueblos que se quedaron entre las tumbas y sobre los azules sagrados de los que partieron una mañana antigua y ya no volvieron. Nos pregunta por nuestra memoria. Seguirán versos de poetas desconocidos, como Giner de los Ríos, V. Carrasco, Eunice, Ana Mª Sagi, etc… junto a los consagrados R. Alberti, M. Hernández, R. Morales, L. Cernuda, etc.
              Es otoño. Ese tiempo interior que sustituye al bullangueo del verano. Con las primeras lluvias y las primeras caricias del viento frío, gente del pueblo, humildes gentes de esos pueblos que vivieron la República como un grito y como una esperanza … y recibieron los claros clarines de la guerra. A la poesía triunfal de los vencedores se opondrá la poesía deshecha de los vencidos, de aquellos que nunca serán considerados mártires ni serán beatificados. La de aquellos que fueron leales al Gobierno legítimo republicano. Por eso fueron malos. Y los rebeldes, aquellos golpistas de bota y cinto, que fueron los buenos patriotas. Pero los poemas que se escucharán en el patio prieguense devolverán la dignidad a los que siempre fueron dignos y denunciarán a los que siempre fueron santos.
            El náufrago está ahora en la Goleta. Y tiene puesto -¡atentos!- el disco de las canciones de la puta mili, una joya musical de la dictadura. Y compara esas letras de rutas imperiales, ardores guerreros y destinos en las estrellas con las de los agrios pinares de los muertos, los destierros destemplados y la espesura de las balas perdidas. Y el náufrago se aferra al mensaje de aquellos hombres que “alejados del odio, fueron amigos de la tierra”. Ojalá los nuevos socialistas entiendan que sólo por la vía de la cultura la sociedad será transformada. Y en eso estamos en los Lunes Rojos.

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