lunes, 14 de octubre de 2013

Beneálamo ornitomulta

Mientras en la Goleta se retransmite el nuevo martirologio y la beatificación (522) de “los que dieron su vida por su fe y fueron violentamente asesinados”, el náufrago dedica su aburricidio a dejar la crónica de ayer como testimonio de posteridad. El faro de Rocadura brilla con un gran crespón negro. Es un día de fuego y, en su brazalete, el sol se descompone en diminutas estrellas doradas. Deben ser los destellos de los dorados cardenalicios. Y el día de ayer fue tan raro que dio lugar a este título extraño que nadie entenderá: “beneálamo ornitomulta” pero, no se preocupe el querido lector, el náufrago se lo va a explicar. Son dos palabras compuestas. La primera hace referencia al día de la benemérita y la fiesta de Fuente Álamo y la segunda al concurso de pájaros y a una multa de tráfico. Todo un conjunto que nos muestra la compleja y conglomerada tarea municipal de, por ejemplo, un concejal. Con su traje marrón miel, camisa de popelín y corbata asedada tirando a malva rosa, más bonico que un sanluis, el náufrago enfiló a la ceremonia cívico-religiosa de la patrona de la Benemérita, también llamada Pilarica ´s Day o Hispanitatis Calendas. Por culpa del Alolive quien, por cojones, le aconsejó la necesaria y conveniente presencia en tal evento. En su calidad de nuevo Jefe de Seguridad y/o Ministro Municipal del Interior. En el interin misa – copilla, con un calorín de mil pares, raudo y veloz enfiló su ruta de viaje para el acto medioambiental y capuchino de lo ornitológico. Rara palabra ésta -ornitología- para referirse lisa y llanamente a los pájaros. 600 colorines de vistoso plumaje y trinar argentino. Para el náufrago todos los pájaros son colorines y todos son iguales, diferenciándolos sólo por el color. O sea, blancos, amarillo, verdes, etc. Lo que le quedó en duda fue si había más premios que pájaros. A Fuente Álamo se negó rotundamente a ir, por artículo mortis. Probablemente por una inoportuna combinación de su ardor guerrero con las fantas y mirindas del ágape, le sobrevino una leve pero constante colitis disentérica, popularmente diarrea, y dicho en vulgar “cagaera”. Pero le estuvieron mandando “guasap” hasta las tres de la mañana, los muy cabroncetes colegas munícipes. En el insomnio provocado por los mensajes horteroides, dedicó el náufrago su tiempo a hacer un estudio epistemológico sobre la multa de la que fue objeto el Paköma por haber dejado su vehículo motor acariciando una sutil y desdibujada línea amarilla, mientras hacía labores de dependencia doméstica a favor de su querido tío Matías. Una generosa y caritativa ocasión amorosa que le supuso –por pronto pago- sólo el crecimiento negativo de 21 € en su cta. cte. ¡Vaya día éste! Escrito hoy, 13 de octubre, día de san Eduardo, mientras el náufrago tiene puesto el rabillo del ojo en la TV-2, en la solemne memoria histórica de los nuevos mártires de la Iglesia.

1 comentario: