miércoles, 28 de noviembre de 2012

Ni mula ni buey

Hoy está el faro de Rocadura rodeado por esa oquedad que siempre anuncia la presencia del tío Gafotas. Cuando aparece en la Goleta, todo se llena de tinieblas y de hijoputez y, como un gato preñado por el diablo, maloliente y eructivo,  el tío Gafotas deja siempre la huella de su villanía.
Por eso hoy no ha podido el náufrago subirse al faro para tener su rato de meditación. Y mira que el asunto lo merecía: el bendito Benedicto nos has dicho en su último libro sobre Jesús que en el pesebre de Belén no había ni mula ni buey … ni pastores. ¿Será ésta su última aportación a la teología?
¡Qué noticia más desamparada! ¿Qué hacemos ahora? ¿Quitamos al buey y a la mula de los belenes? ¿Y qué pasa con los pobres pastorcillos -tan simpáticos ellos- con sus zurrones y sus “albarcas”, que daban colorido y candidez al bucolismo de la escena?
-         ¡Hombre, santidad, que se le ve el plumero!
Quita usted a los pobres pastores de la localidad y deja a los reyes que vienen del lejano Oriente. De nuevo la derrota de los humildes frente a los poderosos. Lo lógico es que hubiera mula y buey, porque era una cuadra, y que los pastores estuvieran por allí, ya que era su campo de laboreo. Pues, no; usted elimina lo lógico y se queda con lo irracional. Son ganas de hacer la fe más difícil de creer cada día.


Cayó en manos del náufrago el periódico ABC y se topó con J. Manuel de Prada, el gran fachista del chiste, filosofando sobre el “tema”. No se puede ser más tonto. Jamás había leído el náufrago un artículo tan totalmente idiota. Intentando fundamentar la tesis vaticana, el novelista - teólogo lo razona diciendo que "la mula y el buey no necesitaban estar en el pesebre, porque “sólo ellos (los animales) habían comprendido el gran misterio”. ¿Cómo habrá llegado a tan disparatada afirmación y, sobre todo, cómo lo podemos comprobar? ¿Se lo habrá preguntado a los animales? No sé si es peor novelista que teólogo o al revés, aunque sospecho que las dos cosas.
A la Virgen sí la deja Su Santidad como estaba: antes, en y después del parto, porque más lógico que eso habrá pocas cosas. Me da pena por san José. Si no pintó nada antes, en y después de, lo más seguro es que tenga los días contados. A éste se lo carga Ratzinger en el próximo libro.
¿Qué hace el náufrago ahora, Dios mío? ¿Recorta el belén, siguiendo la enseñanza papal o -como mal cristiano- desobedece la última teología navideña? Un montón de figurillas, pastores cagando, haciendo gachas, tan bonicos con sus ovejillas …han sido eliminados de la bella escena del Cristo de los pobres. Sólo los reyes -los poderosos- acudieron a adorar al Niño. 
¿Y qué va a pasar con los villancicos? ¿Quitamos todas las letras de los pastores y zagalas, de los peces en el río y de hacia Belén va una burra? ¡Madre mía! No sólo la artesanía belénica se irá al garete (más paro), sino que gran parte de la literatura sufrirá la mutilación de muchos de sus textos. Pero … ¿tan necesario era quitarlos de Belén? ¿Acaso estorbaban?
A ver, que alguien me explique el porqué de esta gilipollez. En la Goleta nadie lo entiende. ¡Pobre san José! El náufrago cree que será el siguiente. Sólo le pide al Papa que antes de cargárselo nos diga qué pasó con la carpintería.

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