lunes, 26 de noviembre de 2012

Kubalita


El colegio de la Safa de Úbeda era el mejor centro escolar de Andalucía … con diferencia. Inmenso, solemne, grandioso. Y, además, gratis. Aquella obra histórica del jesuita P. Villoslada fue la semilla del campo andaluz de la postguerra, como canta gloriosamente su himno. Nos salvó a muchos descamisados.
Al náufrago le viene este recuerdo 50 años después, cuando ha asistido a la recepción de la Peña del Bacelona en su 30 aniversario.
-         Yo soy Kubalita.
Así se ha presentado el náufrago al subdirector del Mundo Deportivo y a Jordi, un dirigente del club, que han venido a Alcalá para agrandar el festejo de la peña alcalaína.

Y efectivamente, yo era Kubalita. El P. Sánchez era el Prefecto de estudios, un simpático cura de Lucena que era del Barça. Me veía jugar todos los domingos y tal maravilla era verme que me puso Kubalita, el nombre del jugador más famoso de la época, junto con Distéfano. Y yo me hice del Barça para los restos de la vida. Ya sé que es difícil de creer, pero el bueno del cura ponía el horario de la misa cuando yo no jugaba para no perderse ni un partido.
Era mi juego frontal y descarado, siempre en carrera diagonal (como mi mirada oblicua), sobrio en mi elegancia y noble en mis modales, siempre una finta inesperada, un salto atlético y un sorprendente remate. Un par de goles en cada partido, como Messi … y perdonen la inmodestia. Tenía por compañero de banda a Galafate, el extremo más rápido que he conocido (mejor que Gento) y -la verdad- era una suerte vernos jugar. A Galafate lo fichó el Úbeda, que estaba en 3ª. Recuerdo que el fichaje fue una gabardina que le dieron. ¡Cómo tiraba los córners, el hijoputa! Los contrarios temían a un córner más que a un penalti.


Pero yo era Kubalita: el toque efectista, la alegría saltarina, el baile balompédico, el chut seco y a la escuadra, el pase al pie y al hueco … ¡un espectáculo!
Hoy he tocado la Copa de Europa con reverencia. ¡Cuánta vida vivida desde el niño Kubalita hasta el náufrago de ahora! ¡Y cuánta memoria archivada en el olvido! Eran otros tiempos, claro, ¡vaya si eran otros! Y otros motivos, y otras ganas, y otras miserias, y otros sueños, y otras metáforas …!Éramos otros!, perdón, no, ¡Somos otros!
El náufrago se ha encerrado en la Goleta, triste y pensativo, y se ha tragado los últimos piropos. Mientras Kubalita seguía despierto en la memoria -él- cobarde y canalla … como una huella de postguerra  en donde el perdón parece un imposible.

1 comentario:

  1. ¡cuidado con Pachín!; ahora, comprendo elporqué nohe recibido este artículo tan saleroso como un caramelo de interno de colegioen la tarde de un domingo de fútbol.

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