lunes, 19 de noviembre de 2012

El sufrimiento se acaba

Era un día soleado y el náufrago lo aprovechó para hacer un canto a los membrillos como fruta de la gran estación del otoño, según puede leerse en la crónica anterior. También salió el almúnico Poyete, un nuevo lugar en la geografía de la Goleta y que -a partir de ahora- será otro nombre propio en estos episodios que aquí se relatan, como el faro de Rocadura, el almirante Nelsón, la playa de la Sirena o los marinos viajeros, Alolive y Pacöma. También anuncia el náufrago la incorporación de un nuevo personaje, el tío Gafotas, que dará mucho juego a estas croniquillas.
Es el Poyete un lugar propicio para la reflexión y para la espera. A lo largo de un lascivo palmeral de acariciados jardines, y despertado por el caminar cansino de los primeros estudiantes -allí- el náufrago descubre algunos renovados requiebros de la vida, con la extraña sensación de que ésta se escapa a hurtadillas, mientras el humo del cigarrillo se entretiene dibujando virutas de ceniza. Y así se pasan frescas las horas del reloj, goteando la luz de la mañana, hasta que el leve despliegue de un visillo o el movimiento mínimo de un cuerpo acristalado, como de vientre solitario, le dice que la vida empieza.


En éstas estaba cuando dos jóvenes efebos, brillantina y corbata, le preguntaron amablemente: Perdone, pero ¿es usted feliz? - ¿Cómo dice? Y sin esperar a más prosapia ni circunloquio le dieron un folleto explicativo. ¡Léalo y reflexione!
No tenía otra cosa que hacer, así que el náufrago lo leyó, disfrutando de la recacha que a esas horas el Poyete le regalaba.  Era un escrito de los testigos de Jehová que, titulado “Pronto acabará el sufrimiento”, nos anunciaba la buena nueva de la felicidad total, del nirvana completo, de la ataraxia divina. El náufrago subrayó algunas citas:
-          “El inicuo ya no será y los justos poseerán la tierra”. Salmo 37.
-          “Dios limpiará toda lágrima … y no existirá ya más lamento ni dolor”. Apocalipsis.
-          “Vendrá un reino que pondrá fin a la maldad hasta tiempos indefinidos”. Daniel.
-          “Sólo los exentos de culpa quedarán felices en la tierra”. Proverbios.
Después se hacía alguna breve glosa sobre esos pasajes. Cuando Jahvé elimine la maldad y el sufrimiento, la Tierra se transformará en un paraíso donde la gente podrá vivir feliz y para siempre.
Vivimos tiempos de gurús y charlatanes. Aquí el más tonto hace relojes … y funcionan.
Hay un lenguaje político que a veces se queda en retórica barata; hay otro económico que se hace intencionalmente ininteligible; hay otro academicista, de salones y floreros, propios de poetas coronados; y hay otro lenguaje, este religioso, que a la retórica, a la incomprensión y al floreo, le añade la vacuidad.
El folleto que el náufrago comenta parte del principio axiomático de que todo lector es tonto de remate. En este mundo de mesiánicos, patrioteros, adivinadores, sonámbulos, jalogüines, vienen los redentores de uno y otro lado y nos anuncian el final del sufrimiento y la venida de la felicidad. Caradura a tope y a granel. Como en aquel viejo chiste del peligro: ¡Déjate caer al abismo, pues Él te detendrá! Y la respuesta del agnóstico: Sí, pero …¿hay alguien más ahí?
-         Sí, soy el tío Gafotas. Y del barranco de las Culebras salió un monigote, feo como un mamarracho …y vomitivo, como un gargajo recién escupido.

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