viernes, 24 de enero de 2014

Indignado - 2

Antes de que le echen en cara al náufrago eso de la demagogia, el chocolate del loro y el tú más, confiesa que bueno, que hay que arriesgarse. Ha dejado pasar unos días el notición, creyendo que se alojaría en ese bául del subconsciente que todos tenemos adormilado, pero no. El caso se le presenta cada día más impresentable. Parece que nos adentramos, definitivamente, en un patio o corral, en un Gran Hermano, en donde la noticia es escarnecida por una febril y pasional carnaza. 
Toda la prensa se ha hecho eco de la sentencia del Juzgado de lo Penal número dos de Jaén por la que se condena a un hombre a la pena de un año y un día de prisión por un delito de “robo con fuerza” en la cosas, cometido al sustraer "cuatro monedas de euros" del cepillo de donativos que la iglesia de Consolación tiene en  Alcalá la Real. Y por “haber distraído” al capellán, seis meses y un día de prisión a la  mujer que lo acompañaba.
Continúa la sentencia diciendo que los acusados entraron a la iglesia  "de común acuerdo y con ánimo de beneficio ilícito". Y no sólo eso sino que el hombre “se dirigió al cepillo de donativos, lo abrió y recogió los 4 € que había … y se marchó rápidamente, mientras el sacristán le advertía de que "iba a dar aviso a la policía". Termina la sentencia informando de que los dos procesados tenían  "antecedentes penales no cancelados". ¿Acaso lo aprovechó el Sr. Juez para que las pagaran todas juntas y hacer tabla rasa? 

Inmensamente trágico y triste, ejemplo de la armadura judicial; bochornoso. Este fue el comentario que hizo el náufrago, firmando con su nombre y apellidos en sitio correspondiente de la noticia. Nadie se unió a él, ni un solo “me gusta” cuando se ponen miles a cualquier “chuminá” de feisbuk.
Causa pavor. Robo con fuerza. ¿Tal vez fue un atraco a punta de pistola? Parece que no, que con un hierro en forma de L hicieron los pobrecillos palanca. ¿Pensarían encontrar un botín en el cepillo? Sin duda ingenuos hasta reventar. ¡4 euros!, la colecta generosa y al completo de la feligresía parroquial. ¿Esperaban los inocentones que se iban a encontrar billetes y no los diez centimillos que -dadivosamente- se echan en estos casos, fruto de la caridad, o tal vez confundieron el cepillo del templo con el Banco Vaticano? No se dice en la sentencia si el condenado recogió el beneficio ilícito en 4 monedas de euro o si fue en calderilla. ¿Se imagina usted la escena,  recogiendo las monedillas una a una? ¿Llevarían una talega o se las meterían directamente en el bolsillo?
La mujer, seis meses y un día, por cómplice necesario, ya que distrajo al sacristán para facilitar la operación. ¿Sabría la mujer lo que estaba haciendo o no se enteraba de nada? ¿Y si lo hizo por amor?  

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