lunes, 14 de julio de 2014

Desde la esperanza. Carta a Pedro Sánchez

Bienvenido Secretario General:

Empezaré diciendo que yo no te voté, ya que mi manera de pensar y entender la política coincide más con la de Tapias que con la tuya y, aunque todo estaba escrito para que salieras, preferí ser fiel a mis ideas y darle mi voto a él. Sin embargo, no creo que sea un voto perdido ni mucho menos. Como yo han pensando el 15 % de los militantes socialistas que votaron (19.384 votos), que no es moco de pavo. Sabido es que yo siempre apuesto por el que pierde y, así, nunca me pueden decir que juego a caballo ganador.
Pero esto ya es historia reciente y ahora lo que interesa es ir trazando un futuro de ilusión y compromiso que consiga que todos los hijos pródigos vuelvan a la casa familiar y, si es posible, algunos más. Pero también va a ser tu deber y preocupación velar para que no se sigan yendo algunos. Por eso te escribo, desde la esperanza. No “con” sino “desde”. Conviene que entiendas la diferencia.
Me han gustado tus primeras declaraciones, casi a pie de urna, una vez que ya era realidad real lo que antes era, a voces, una realidad deseada y presentida. Porque sorpresas, ni una. Todo atado y bien atado.
Digo que muy bien tus primeras palabras, que ya habías dicho anteriormente, pero no es lo mismo dichas antes de que cuando ya eres flamante secretario general del PSOE. Si no he copiado mal, han sido éstas:
- Compromiso de liderar una ejecutiva tan a la izquierda como la militancia de base.
- Un proyecto que no caiga en el populismo ni en la demagogia.
- Seré el secretario general de la unidad, porque en el PSOE no sobra nadie.
- Lo primero será recuperar las señas de identidad para gobernar y transformar la sociedad.

- El cambio en España ha empezado hoy.
Desde luego que no está nada mal, al revés, está pero que muy bien. Hasta tal punto que, si haces esto que dices, me reconvertiré en uno de tus incondicionales. Pero si no, seré uno de tus más encendidos críticos.
Perdona que sea tan escéptico, pero ya tengo mis años, he leído lo mío y también he oído muchas veces discursos parecidos que luego resultaron rana. Así que, desde la esperanza. Comprendo que en una campaña tan previsible como ésta no hayas desmenuzado el famoso “programa, programa, programa”, pero a partir de ahora habrá que ir rellenando huecos y bajar a la política de la calle. Por ejemplo, te daría el primer gran aplauso si -en el próximo congreso del 26 de julio- contestaras a preguntas tan simplonas como éstas:
-¿Para cuándo el referéndum Monarquía-Republica, la enseñanza de la religión fuera de las escuelas, la reforma de la ley electoral y la de la Constitución?
-¿Cómo ponerle puertas al campo de los mercados, de la Banca y de las grandes empresas (Sicav)?
-Contra la corrupción y contra el nepotismo, vale, pero … además de decirlo, ¿lo vamos a hacer de verdad o de mentirijilla?
-¿Qué tres medidas urgentes y concretas para mitigar la pobreza y la marginación social?
-Idem para transparencia de los partidos y su democratización, así como para hacer de la política un servicio a tiempo cumplido y no una profesión sine die?

¡Ah!, y procura que no se metan tanto con Podemos, hombre, que a mí me parece que hay más de común que de diferente. Dejad las bofetadas a Pablo Iglesias para el PP.
Con mis mejores deseos porque, de lo contrario ... el Señor nos coja confesados.


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