lunes, 28 de abril de 2014

La Semana Pagana

Eso propone el náufrago a todos los habitantes de Alcaline Goleta Word, o sea, a todos los goletistas alcalaínos del mundo. La propuesta es muy simple: que haya al año, al menos, una semana pagana. Una semana al año en la que no se publique ni una sola noticia religiosa, ni una foto mariana, ni un rito litúrgico. Y por supuesto, una semana en la que no haya ni una procesión y disparo de cohetes. Una semana pagana en la que no suene ni un toque de corneta. ¡Una semana al año!

Porque España es toda ella un mapa cristiano. Por ello, el náufrago también sugiere que se sustituyan los mapas tradicionales y clásicos de ríos, cordilleras y ciudades, por mapas de romerías, santuarios, fiestas patronales, novenas, canonizaciones, etc… El náufrago confía en que no le llamen intolerante porque no pueda aguantar todo el año completo sin rechistar y reclame una semana, ¡sólo una!, al año, libre de jaculatorias y veni creator.


La Semana Santa, por ejemplo, debe cambiar su nombre por el de Trimestre Santo, ya que entre triduos, ensayos del paso, presentación de carteles, actos solidarios, fiestas de hermandades, comidas de convivencias, rifas, procesiones y varios etcéteras se llevan una cuarta parte del calendario gregoriano. Por supuesto, habría que aumentar el número de pregones: el de la saeta, el del penitente, el del cirio pascual, el de la “levantá”, etc. ¿Qué es eso de pregonar sólo al costalero? ¿Es que los demás no tienen derecho? ¿A qué viene esa discriminación? Y en Navidad lo mismo: pregón del pastor, del villancico, de la burra, del mantecao, etc.
No, no va a ser fácil aceptar la propuesta de la semana pagana porque, según le comunican al náufrago los archiveros de la Alcaline Goleta Word and Corporation, ahora se nos va toda la primavera con las comuniones, fiestas patronales de las aldeas (cruces, fátimas, flores, sanisidros y demás), el Cerro y el Rocío, el Salogral y la Joya … para desembocar en un agosto que será la releche porque -este año- está siendo “de devoción especial” por aquello de la coronación canónica.
Llega al faro de Rocadura el argumento eclesiástico: que eso pasa porque todas las fiestas son cristinas y qué le vamos a hacer. Pero el náufrago sabe que no, que en su origen todas las fiestas eran paganas y que fue la Iglesia quien las cristianizó y las hizo suyas. O sea, que rompió la tradición. Hasta la fiesta pagana por excelencia, el 1 de Mayo, la convirtió en san José Artesano.
Así que no, no va a ser fácil aceptar la propuesta, tan sencilla y lógica como parece. En el informe antes citado de los archiveros se concluye que para hacerlo posible sería necesario que el año fuera más largo. Así que habrá que proponer que el año tenga 372 días.
Y eso que, como dice Rouco Varela, la Iglesia está perseguida en España. El náufrago no quiere pensar en qué pasaría si no lo estuviera.

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