sábado, 14 de diciembre de 2013

El Sonetario 52 en la calle

Amaneció en la Goleta un invierno otoñal de rica recacha y sombría sombra. Onda Cero despertó al náufrago para no sé qué de un libro de poemas que se presentaba ese día en el Abacial´ Palace. ¡Ah, sí, soy yo! ¿Una entrevista o una interview? En el faro de Rocadura sonó el primer recitado.
Y el náufrago dijo:
“No voy a presentar el libro como suelen presentarse los libros. Ni esto es un acto extraordinario (se publican al año unos 70.000, sólo en España); ni es un acto académico solemne en donde se aprovecha el libro para dar una conferencia sobre “la importancia de llamarse Ernesto”; ni quiero que parezca esto un espectáculo, en donde se mezclan vídeos, músicas y demás fanfarrias, pareciendo como que el libro necesita de un soporte para hacerlo atractivo. Un libro es un libro y lo que tiene dentro son palabras … sólo palabras. Tampoco me va a presentar nadie porque quien no me conozca que pregunte y nadie va a decir que el libro es muy bueno; son los lectores, ustedes, los que tienen que decirlo cuando lo lean, no antes.

Así que lo presentaré como se presenta a una persona: mira, te presento a fulanito, un pariente o amigo, de tal sitio, que ha venido a y va a estar unos días. Así de sencillo. A nadie se le ocurre presentarlo diciendo que es muy inteligente y simpático, que tiene una novia de Albacete y un coche deportivo o que le gustan las setas al horno. Será después, con el trato, cuando sabremos si esa persona es simpática, sociable, generosa, etc. Pues lo mismo voy a hacer con este

Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué. Son las preguntas elementales de cualquier hecho, suceso o evento. Y cortico. La sociología moderna ha demostrado que, debido a la robotización digital (on line) que está diseñando cerebros humanos, cualquier acto cultural que dure más de media hora termina siendo una paliza y se considera perjudicial para la mollera  hominal del XXI. Así que lo tendré en cuenta.
(Nótese que las dos razones principales que dio el náufrago para leerlo … y comprarlo fue: 
1. que pesaba poco y se podía llevar en el bolsillo
            2. que como era Navidad, y sólo por 5 €, podrías acompañarlo al regalo del bote de colonia, el vino o la caja de polvorones. Eso sí, avisándole con tiempo de que era un libro, para evitar desmayos y cabreos. (*) En la librería Ítaca todos los que quieras.
Después el náufrago comenzó a contestar esas preguntas, como si estuviera en clase. 52 sonetos, patrocinio de la UNED-Jaén,42 años de creación poética, 24 inéditos, versiones definitivas, imprenta 3 Impresores, homenaje al soneto, etc… etc
- Bueno, y sobre el libro… qué.
- Anda, léetelo, y tú mismo opinas.
- ¿Me regalarás uno, no?, le dijo el zapatero de la esquina.
- Cuando tú me regales un par de zapatos, contestó el náufrago.
- Pero no es lo mismo, la cultura no vale “na”.
Y así mucho rato …. con el poema 20 en la boca.

(*)  Ya veremos si ha surtido efecto esta campaña publicitaria.

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