sábado, 16 de noviembre de 2013

Diario íntimo

              Hasta las 4 de la tarde estuvo el náufrago en el Poyete. O sea, hasta las 16h, post meridiem de Greenvich, barrio londinense de la ribera sur del río Támesis. In the strip's time zone, the central meridian is opposite the sun, will be noon. Tete´s place. Dicho así para los que hablan idiomas. En el bolsillo su cita ecográfica que lo hizo salir de la Goleta “eshando leshes”.
              Corría un viento fino que aligeraba el tímido sol de otoño y se te metía hasta el mismísimo escroto. Era la caricia testicular la que le hacía pasar el tiempo descifrando los últimos episodios. Poca gente por el Parque. Un par de perros despistados, el atleta de turno sudando la mañana y una frágil dama de nervios desatados. Poca cosa y poca monta. Un jilguero entonado, la hoja en la caída con su amarillo noviembre entre los dedos y, tal vez, algún suspiro ausente de quereres antiguos.
              Ya ha sido dicho en varias ocasiones que en la Goleta hay dos lugares de gala que son testigos de la vida del náufrago: el faro de Rocadura, escenario de su vida intelectual y creativa, y el Poyete, su lugar existencial. Éste resume sus angustias, sus deseos, sus sueños, sus aventuras, sus recuerdos, sus "cosas" … todo lo que le hace vivir con la pasión aquella que el dasein de Heidegger aplicaba al hombre como “ser
arrojado al mundo”
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            Repasó la última cronicología: Camacho ¿Alicia?, o Mato ¿Ana?, discusión que perdió con todos los honores y así lo dejó reconocido; el dolor agudo de la acidez del vientre, el in-móvil Samsung galaxy gt-18190, agujereado por un coche inoportuno; el episodio posterior de la tarjeta sim con sus airados fantasmas; la visita médica –neutral y prorrogada- con todos los temores escondidos en la sombra del futuro; tal vez el miedo invencible, cabrón y manuscrito en cada página que escribía últimamente; la espera reposada, solitaria y sonora para ver qué pasaba –queda dicho ya, hasta las 4 post meridiem-; la doble erre de rafael y rolex, como anillo al dedo o pulsera de muñeca; el absurdo veto a hablar de política; la tortilla de queso, exquisita y frágil, en donde el naúfrago sentía aún las caricias y los amores de antes ….
           Este es el mundo del Poyete, el escenario de su diario íntimo, del que hoy ha querido sacar esta página mágica, contradictoria, añeja y fresca, escrita con la sola soledad del beso y con la mirada en diagonal, esa que se filtra tras el arbolillo de lavanda, hasta otear el leve movimiento de un cuerpo femenino asomado o intuido, que le pone de nuevo el corazón patas arriba. Ya sólo quedan los últimos retales de una cultura alcalaína que -insípida y silente-intenta lo imposible y cada vez más urgente: que otra sociedad amanezca para todas las claudias y todos los danieles de España. Pero eso no lo verá el náufrago. Por eso esta página de su diario íntimo. Porque el náufrago se despide del Poyete para masticar todo el silencio del gran vacío de su existencia. Ahora sí, ahora ya es un náufrago a la deriva… con una rosa verde.

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