El náufrago quiere compartir sus dolores de cabeza con todos los que hacen de la escritura un misterio y del misterio una vida. Sólo pide la inocencia desnuda de todos los quixotes y esa búsqueda urgente de la razón social frente a la fe de los carboneros. El náufrago confía en que otros náufragos, o celestinas, o solitarios, o segismundos, o aventureros, o lazarillos, o robinsones, o tenorios, o puntos suspensivos … se unan con placer y complicidad a esta tarea.
sábado, 24 de agosto de 2013
Bajo palio
Gracias a los resultados de la encuesta - náufrago, por amplia mayoría,
el personal mostró su deseo invencible de ver al náufrago bajo palio.
Era la foto solicitada, y eso que había opciones más excitantes como,
por ejemplo, una foto del náufrago cagando. Pero no, los lectores del
náufrago demuestran que han vencido ya las malas pasiones y que lo
escatológico ya no se lleva, o sea,que no ven Sálvame de luxe.
Y es que, efectivamente, hay una gran diferencia selectiva, dónde va a
parar. Una foto bajo palio es un documento de rancias raíces patrióticas.
El palio es una prenda ornamental, que sólo se usa en las solemnidades
litúrgicas y en exclusiva para la Sagrada Hostia, de ahí su uso preferente
en las procesiones del Corpus. Hasta que llegó el elegido por Dios para
salvar España, don Francisco Franco Bahamonde, (también conocido
popularmente por “el que pudre”), y dijo aquello de: “yo soy la rehostia”,
o sea, dos ve ces la hostia. Por eso la Iglesia, que tanto luchó contra
la dictadura, se vio obligada a procesionar al “claudillo” bajo palio.
Gracias a la foto del náufrago los jóvenes de ahora pueden observar semejante
ritual. El palio era llevado por canónigos y camarlengos, uno en cada esquina,
acompañados de incensarios aromáticos y mitras y tiaras cardenalicias. Su
Excelencia el Generalísimo en el centro y un panal de obispos y falangistas
de compañía … por si le pasaba algo.
El náufrago recuerda, desde chiquitillo, aquellas imágenes del No-Do, tan
solemnes. Él era monaguillo y estaba bastante apegado a la beatería,
recuerden lo de las 2775 misas. Uno de sus sueños de niño era precisamente
ese: ¡si yo pudiera alguna vez ir bajo palio como “zu erzelenzia”…!
Y mire usted, querido lector, cómo debido a una cachonda encuesta, se ha
producido el milagro y aquel niño (aún no era kubalita) ha visto su pío
sueño convertido en realidad. Evidentemente, la foto del náufrago
-en traje de concejal- se ha superpuesto a la del galán del Ferrol,
el gran Paquito, pero quedan aún los caretos del sacro colegio episcopal.
Por cierto … ¿podría ser el de la izquierda la reencarnación en el tío Gafotas?
Esta es la gran metáfora de la foto. La democracia tapando a la dictadura,
aunque queden todavía muchas huellas y rostros vaticanos. Gracias, lectores
naufraguistas, porque vosotros habéis provocado esta foto bajo palio. El
náufrago no lo olvidará nunca y os estará eternamente agradecido. Aquel
sueño inocente y simplón de la triste postguerra lo habéis realizado.
¡Qué suerte!
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