lunes, 30 de diciembre de 2013

Borrón y cuenta nueva

Siempre hay en la Goleta un tufillo a cosa vieja, a balada triste de trompeta y a borrón y cuenta nueva. Como en una continua y eterna mudanza, el náufrago revisa por Añonuevo todos sus papeles y caricias, todas sus dudas y emociones, todos sus pecados y sus miedos, todos su éxitos y sus fracasos. El náufrago se revisa entero, de arriba abajo y de pe a pa. Y como todos los años oye las 172 versiones que tiene grabadas del Silent night. La mejor, sin duda, la de Mahalia Jackson. Se pone a cantar con ella y se
le va el santo al cielo. Sólo le ocurre esto también con el Benedictus de la Coronación de Mozart, aunque éste no puede oírlo sino de rodillas. Es su gran oración profana.
Como cada año, la Goleta se adorna siguiendo la tradición amerindia de los mayas. Guirnaldas y hojas de palmera dan cobijo al menú de dátiles, calostros y uvas secas que el náufrago comerá mañana, por la Nochevieja, bajo el gran sicomoro del Muñekes ´Maxim. Y aunque el Enano de la Venta lo vigila para gastarle una putada, el náufrago hace como que no lo ve para averiguar hasta dónde es capaz de llegar el cabroncete.
Todo borrón y cuenta nueva exige un examen de conciencia. El náufrago sigue para ello la técnica de los ejercicios espirituales del jesuita san Ignacio. Y parecidas preguntas: he de morir y no sé cómo; si fuera hoy, ¿qué cuenta podría dar: sería de salvación o de condena?
Y el náufrago se ve en el fuego eterno, achicharrao como un chicharrón. Pero el Benedictus de Mozart lo redime.

Esta Nochevieja saldrá a otear el paisaje del altiplano que -desde el faro de Rocadura- parece una recua de camellos en fila india. Y con voz ronca recitará el soneto Vikimar, el que cierra el Sonetario 52 y lo despide, porque ha decidido no escribir sonetos nunca más.
Borrón y cuenta nueva en la literatura, en la esperanza, en el dominó, en la política, en la malafollá … borrón y cuenta nueva en su manera de ser y actuar. No está contento el náufrago de cómo le va y no sabe cómo puede enderezar su última ruta, esa que le acerca a la postrera postrimería.
Ha amontonado sus libros y ha intentado quemarlos vivos. Sus libros, no los libros, los que él ha escrito. ¿Por qué y para qué los escribió? A veces no sabe contestar a estas preguntas. Para colmo le asalta otra gran duda: la de la cultura y la educación. ¿Cuántas horas le habrá dedicado a una y a otra? ¿Ha merecido la pena?
El espejo le devolverá un rostro amaderado, intensamente neutro, como el de una calcamonía. La pajarita de cartón amarillo le dará un aire de payaso tonto. Y encima, este viento que ruge en la Goleta, como la gran metáfora del borrón y cuenta nueva… mientras el Enano de la Venta se entretendrá haciéndose una jabonosa.
Hasta que cansado de respuestas inútiles se abrazará a las 7 uvas de la almohada. Una encendida almunia le hará sonreír, mientras la noche, lentamente, cubrirá de escarcha el suelo profundo de las heridas montañas. No está todo perdido, por tanto. Borrado el 2013, empezará la cuenta nueva del 2014. El náufrago sabe que será un año de la gran puta … porque vivimos un tiempo líquido.


viernes, 27 de diciembre de 2013

Inocentes (para mañana)

En la Goleta ya se han recogido las últimas aceitunas del invierno, casi recién empezado. Las heladas de estos días han mermado la cosecha y el náufrago sólo sacará este año unos trescientas mil kilos. Poca cosa para las 500 fanegas que tiene de olivar, pero al menos no le faltará aceite para el año. Se ha enterado de que algunos terratenientes de land-rover y ranger han pagado 20 / 25 € por jornal a los inocentes saharauis que han visitado la zona para la “recogía”. “Y si no, vienen otros”, dicen que les han oído decir, mientras llevaban 2 kilos de fideos y 1 de macarrones a los bancos de alimentos. Inocentes.

La Navidad va cojeando con su lenta parsimonia –villancicos solidarios hasta en la sopa- y los inocentes ciudadanos ya están hartos de mirar cómo beben los peces en el río y ver cómo hacia Belén va una burra. Y cómo los Blesa, los Lanzas, los Nidos, los Ferrán, los Unos y los Otros se ríen de los inocentes. De todos esos inocentes que se creen que la cosa va a mejorar porque el Gobierno piensa en ellos.
Los mismos que matan de hambre a 19 mil niños inocentes al día (UNICEF, dixit), los nuevos Herodes, algunos de ellos tan preocupados por los nasciturus que olvidan a los que ya han nacido.
Lo que más rebela al náufrago es la inocencia inocente. Inocentes parados, enfermos, mutilados, apresados, bravíos. Inocentes discretos, sufridos, pacientes y pasivos, aceituneros altivos. Inocentes secos, delgados, agrios, obesos, carapitos. Inocentes inocentones. Inocentones también ésos que se han creído que se iba a agotar el Sonetario 52, como si los libros de poesía pudieran agotarse alguna vez en este país. Vamos, como si fuera el libro de Belén Esteban.
A estas y a otras muchas cosas muchos llaman “demagogia”. Es la salida. Te descalifican con ella. Eso creen ellos: los ugetés, gúrteles, barcenófilos, ereleilos, etc. A partir de ahora, a quienes digan que es demagogia el náufrago les cortará los güevos ...metafóricamente.  
PD. Pero hoy es un día especialmente triste en la Goleta. Ha muerto el inocente tío Gafotas, ese personaje que ha sido la cara mala de las andanzas y troteras del náufrago durante casi 2 años. Y el náufrago pide perdón, porque no era tan malo, pese a su ejército de murciélagos que inundaban el faro de Rocadura de cagadas y mocos. El tío Gafotas es inocente y ha estado pagando un pecado que no cometió. Por ello el náufrago lo hace morir in gratia dei y, de sus cenizas, nace el verdadero demonio de la Goleta, el que desde ahora será llamado el Enano de la Venta, en honor a aquel personaje cervantivo que tan bien fuera descrito en un artículo de Pido la palabra. Hoy, día de los Inocentes, el náufrago se declara culpable.
-Anda, ve a la librería Ítaca y verás como -efectivamente- el libro está agotado.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Toco tu boca

Probablemente el náufrago no haya leído un poema en prosa más bello que aquel fragmento que Julio Cortázar nos brinda en su Rayuela. Tanto que lo incluyó como “cuasi un prólogo” en su primer libro de poemas, Hominal presencia (pág. 53), y también figura pintado a cal en el muro de entrada a la Goleta. Cuando hay altamar, la espuma de las aguas lo enjabonan y lo refrescan y le devuelven todo un mundo de vivencias sensuales. Hoy lo ha vuelto a leer y ha decidido dejarlo escrito aquí para gozo y ternura de los lectores del náufrago. Como un regalo de Navidad que aconseja, junto al Sonetario 52.


“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera …
Hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, elegida  para dibujarla con mi mano en tu cara, y que coincide exactamente con la boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca, y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con el perfume de un silencio viejo.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo, mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible aliento, esa instantánea muerte es bella. Y  hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.    
                                                                                                                                              Julio Cortázar. Rayuela

Cuando la sirena llega a la Goleta y lo lee en silencio, mastica la densa espesura de su saliva en ese beso indefinible que describe el mapa de una boca enamorada. Entonces,  un coro de voces indomables se suma gozoso al homenaje. El náufrago cree que sobran los comentarios… porque “hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y él también tiembla como una luna en el agua”.     
Con el deseo de una Feliz Navidad para todos los que siguen al náufrago, este trozo de prosa poética -inmensa y oceánica- como tú, metálica paloma.

sábado, 14 de diciembre de 2013

El Sonetario 52 en la calle

Amaneció en la Goleta un invierno otoñal de rica recacha y sombría sombra. Onda Cero despertó al náufrago para no sé qué de un libro de poemas que se presentaba ese día en el Abacial´ Palace. ¡Ah, sí, soy yo! ¿Una entrevista o una interview? En el faro de Rocadura sonó el primer recitado.
Y el náufrago dijo:
“No voy a presentar el libro como suelen presentarse los libros. Ni esto es un acto extraordinario (se publican al año unos 70.000, sólo en España); ni es un acto académico solemne en donde se aprovecha el libro para dar una conferencia sobre “la importancia de llamarse Ernesto”; ni quiero que parezca esto un espectáculo, en donde se mezclan vídeos, músicas y demás fanfarrias, pareciendo como que el libro necesita de un soporte para hacerlo atractivo. Un libro es un libro y lo que tiene dentro son palabras … sólo palabras. Tampoco me va a presentar nadie porque quien no me conozca que pregunte y nadie va a decir que el libro es muy bueno; son los lectores, ustedes, los que tienen que decirlo cuando lo lean, no antes.

Así que lo presentaré como se presenta a una persona: mira, te presento a fulanito, un pariente o amigo, de tal sitio, que ha venido a y va a estar unos días. Así de sencillo. A nadie se le ocurre presentarlo diciendo que es muy inteligente y simpático, que tiene una novia de Albacete y un coche deportivo o que le gustan las setas al horno. Será después, con el trato, cuando sabremos si esa persona es simpática, sociable, generosa, etc. Pues lo mismo voy a hacer con este

Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué. Son las preguntas elementales de cualquier hecho, suceso o evento. Y cortico. La sociología moderna ha demostrado que, debido a la robotización digital (on line) que está diseñando cerebros humanos, cualquier acto cultural que dure más de media hora termina siendo una paliza y se considera perjudicial para la mollera  hominal del XXI. Así que lo tendré en cuenta.
(Nótese que las dos razones principales que dio el náufrago para leerlo … y comprarlo fue: 
1. que pesaba poco y se podía llevar en el bolsillo
            2. que como era Navidad, y sólo por 5 €, podrías acompañarlo al regalo del bote de colonia, el vino o la caja de polvorones. Eso sí, avisándole con tiempo de que era un libro, para evitar desmayos y cabreos. (*) En la librería Ítaca todos los que quieras.
Después el náufrago comenzó a contestar esas preguntas, como si estuviera en clase. 52 sonetos, patrocinio de la UNED-Jaén,42 años de creación poética, 24 inéditos, versiones definitivas, imprenta 3 Impresores, homenaje al soneto, etc… etc
- Bueno, y sobre el libro… qué.
- Anda, léetelo, y tú mismo opinas.
- ¿Me regalarás uno, no?, le dijo el zapatero de la esquina.
- Cuando tú me regales un par de zapatos, contestó el náufrago.
- Pero no es lo mismo, la cultura no vale “na”.
Y así mucho rato …. con el poema 20 en la boca.

(*)  Ya veremos si ha surtido efecto esta campaña publicitaria.

martes, 3 de diciembre de 2013

Esos ciudadanos

Es el faro de Rocadura un mirador estratégico y espectacular de la Goleta. Cuando subes la mirada puedes contemplar el inmenso paisaje que rodea a Alcalá y que comprende gran parte de eso que se llama comarca de la sierra sur.  Parapanda, Cerro Gordo, la Desilla, el Camello … Toda una orografía circular y perimétrica que ofrece al náufrago la visión impagable de lluvias, nieves y ventiscas; de amaneceres soleados y lunas amarillas; de nubes rosadas, turquesas y grises, según el aire las anima y ventee; de calentonas recachas y tibio mediodías, junto a gélidas noches invernales.

Pero cuando el náufrago mira para abajo la calle se le sube a la terraza y él otea todos y cada uno de los ajetreos de la vida urbana, aquella que los ciudadanos recrean cada día como hábito de vida y de convivencia. Nada escapa a su ojo cuando se asoma a Rocadura para echar un cigarrillo. Y puede ver cómo los ciudadanos hacen de la ciudad su rincón y su apaño, su faena singular, día a día, haciendo de su capa un sayo y saltándose a la torera cualquier norma de convivencia.

1.      Esos ciudadanos que, tan limpicos ellos en su hogar,  echan la basura en los contenedores a cualquier hora, según su real antojo y su santa voluntad.
2.      Esos ciudadanos que, teniendo tres pasos de peatones a mano, cruzan  siempre por la calle de en medio, sorteando coches y -encima- jurando en arameo.
3.      Esos ciudadanos jovencitos que se magrean a todas horas, a plena luz y en plena calle, creyendo que los demás tenemos necesariamente que ser testigos de sus ardores amatorios. No, no es ese beso calentón que te asalta de pronto; es un magreo en toda regla, que llega casi a la antesala de lo que usted sabe.
4.      Esos ciudadanos que tienen la papelera al lado y no hay manera de que le den uso, así lo mande el médico.
5.      Esos ciudadanos que tienen por costumbre ensuciar los bares, inundando el suelo con los restos de gambas, azúcares y servilletas. Y que no saben hablar, tan sólo gritan.   
6.      Esos ciudadanos que, si no tienes un buen dribling  o unos buenos reflejos, te echan un gargajo en el zapato a poco que te descuides.
7.      Esos ciudadanos que se mean en cualquier rinconcillo de cualquier esquina, aprovechando la clandestinidad de la noche.
8.      Esos ciudadanos que llevan la música del coche a toda “leche”, y encima de los Chichos, anunciando a todo cristo que están pasando por allí.
9.      Esos ciudadanos a los que les da igual que el semáforo esté en blanco o en amarillo, con cebra o con cabrillas, porque ellos van, llegan y pasan exactamente cuando les sale de los “güevos”.
10.   Esos ciudadanos que creen que saludar, dar las gracias o pedir las cosas por favor son cosas de maricones.
Estas 10 maneras se resumen en dos: mala educación a granel y convivencia social a cero. Son casos aislados, oiga. ¡Estaría bueno que fueran todos! Y encima te quitaron la Educación para la ciudadanía.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Un cuadro en el MoMA

No será necesario decir que el MoMA es the Museum of Modern Art, dicho en español, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la city más poblada del continente americano después de México. Allí se celebraba un congreso sobre “La contraliteratura de Harlem y su inflkuencia en el Bronx”, en un intento de promocionar y redimir el marginado barrio neoyorkino. Y ocurrió que el ministro Wert, preocupado por la cultura beat, ofreció unas becas para que asistieran los 10 peores escritores de España y el náufrago fue seleccionado, contra todo pronóstico porque, aunque ciertamente escribe muy mal, él cree que no tan mal como para estar entre los 10 peores. Si acaso entre los 100, dice.
Fue un largo viaje desde la Goleta porque él, siempre austero aunque lleve un rolex en su augusta y apolínea muñeca, no es amigo de viajes caribeños al estilo UGT. Así que cogió su barco-navío y dibujó su ruta marina: travesía del océano Ártico a velas desplegadas, marejada a sottovento en el Atlántico y, ya con la proa fortalecida tras el posible tsunami, se adentraría en el vientre del Pacífico para -mar en calma- terminar saludando la luminosa luz del mundo de la Estatua de la Libertad, en plan pirata por las orillas del río Hudson. Tenía tiempo y ganas así que, antes de enfilar la costa de las Tormentas,  dio una vuelta circular para orillar el mapa del archipiélago aleutino, junto al estrecho de Bering, casi tocando las primeras tierras de Asia. Su brújula marcaba 34º 47´de latitud.

 Había leído que Nueva York es la ciudad que nunca duerme, pero él se fue al catre a eso de las 9 de la noche (in the evening), siguiendo los tiempos y calendarios de la Goleta. Fue al otro día cuando se encontró en el distrito de Manhattan, 11 West y se acercó al MoMA  para ver uno de los cuadros más raros y famosos del mundo, hasta ahora desconocido. 
Su inglés, ya se sabe, al nivel del relaxing cup of coffee, pero la pintura es universal, como la música, y se entiende casi todo. Allí se encontró con el cuadro. Solitario en su sala, provocativo y encendido, profundo y vertical como un ciprés de cementerio. ¿Surrealismo… técnica mántrica … underground … hipercamuflaje? Los críticos de arte, que llenaban la sala, no se ponían de acuerdo. Y aunque el náufrago lo miró de frente, con su mirada oblicua, en cuclillas, tapándose un ojo, a guiño abierto, de todas maneras, no acertaba a comprender la “temática” de la pintura. El caso es que le sonaba. Pero … ¿si parece un móvil roto?, le dijo en voz baja a los críticos. Éstos lo miraron con ese desprecio con el que siempre se mira a los ignorantes.
Hasta había salido en facebook -dada su rareza- y alguien dijo que lo había visto en la sala Ranius de la muy noble, leal e ilustre ciudad de Alcalá la Real, llave, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla y León, como la declarara el rey Onceno. Pero no, el cuadro estaba allí, en el MoMA.
De cómo  consiguió el náufrago averiguar lo que realmente pasó es difícil de explicar. Tomó unas notas sobre la técnica pictórica del lienzo y se trajo a la Goleta algunos apuntes del congreso de Harlem. Ahora entendía mejor aquello que dijo Marinetti: que un coche de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia. Ahí cree él que está la clave. Y hasta está pensando incluirlo como portada en el Diario del concejal.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

20 - N

            Aún recuerda el náufrago aquel día de aquel año, 20-11-1975, o sea, aquel día en el que la TV en blanco y negro nos presentaba a Arias Navarro, presidente del gobierno (y carnicerito de Málaga), haciendo pucheros con su cara lacrimosa, y anunciando la buena nueva tan largamente esperada: ¡Españoles, Franco ha muerto! Coincidía con otro 20-N, ahora del 1936, cuando otro patriota, José A. Primo de Rivera, fundador de la falange fascista, era ejecutado por conspiración y rebelión contra la II República. Los dos coincidieron en un 20-N de luto y gloria y los dos comparten fosa y réquiem en el mismo lugar: el Valle de los Caídos, construido con la sangre y el temblor de miles de vencidos por eso que llamaron Movimiento Nacional. ¡Vaya dos piezas!
              El náufrago fue aquel día a Guadix, la ciudad troglodita en donde trabajaba como profesor. La mayoría del Claustro era más facha que el kopón, así que tuvo que oír lamentos, oraciones y algunos insultos hacia su persona, procedentes nada menos que de la mismísima catedral de la villa. Hace ya 38 años de aquello y en la Goleta se recuerda como si hubiese sido ayer. Por las vísperas, el náufrago (entonces no era náufrago) escribió un soneto hasta ahora inédito, que verá la luz el próximo día 13 de diciembre, cuando se presente el Sonetario 52. En el terceto final puede leerse: ¡A la tumba! se va la dictadura, que una España de luz potente y clara ha llenado de fuego su almenara.
           Aquel Franco ha muerto es recordado cada año en una efeméride fascista que, prietas las filas y con el brazo en alto, aún pretende hacernos creer en un revisionismo histórico vergonzante y deshonroso. Aquel símbolo del yugo y las flechas quedó enterrado, pero cada 20-N aflora un tufillo patriótico de espuela y nuca, intentando hacer un homenaje a la indignidad. Por eso el náufrago quiere recordar hoy toda la rabia de tanta gente inmolada, perseguida, traicionada y humillada de una manera vil, sanguinaria, cobarde y clandestina. Como memoria histórica personal.
          Pero el 20-N también es un día glorioso y feliz para el náufrago por otro motivo. Un 20 ene del noventa y ocho su corazón se llenó de gozo y la sangre le volvió a circular con nuevas ganas y con nuevos bríos. Fue en Granada, en el juzgado nº 10, cuando una sirena embarcó en la Goleta y empezó a escribirse un nuevo tiempo cordial y lúcido, efervescente y luminoso, creativo y soñador. Hoy, todo el día, lo tiene de lleno en su cabeza.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Diario íntimo

              Hasta las 4 de la tarde estuvo el náufrago en el Poyete. O sea, hasta las 16h, post meridiem de Greenvich, barrio londinense de la ribera sur del río Támesis. In the strip's time zone, the central meridian is opposite the sun, will be noon. Tete´s place. Dicho así para los que hablan idiomas. En el bolsillo su cita ecográfica que lo hizo salir de la Goleta “eshando leshes”.
              Corría un viento fino que aligeraba el tímido sol de otoño y se te metía hasta el mismísimo escroto. Era la caricia testicular la que le hacía pasar el tiempo descifrando los últimos episodios. Poca gente por el Parque. Un par de perros despistados, el atleta de turno sudando la mañana y una frágil dama de nervios desatados. Poca cosa y poca monta. Un jilguero entonado, la hoja en la caída con su amarillo noviembre entre los dedos y, tal vez, algún suspiro ausente de quereres antiguos.
              Ya ha sido dicho en varias ocasiones que en la Goleta hay dos lugares de gala que son testigos de la vida del náufrago: el faro de Rocadura, escenario de su vida intelectual y creativa, y el Poyete, su lugar existencial. Éste resume sus angustias, sus deseos, sus sueños, sus aventuras, sus recuerdos, sus "cosas" … todo lo que le hace vivir con la pasión aquella que el dasein de Heidegger aplicaba al hombre como “ser
arrojado al mundo”
.
            Repasó la última cronicología: Camacho ¿Alicia?, o Mato ¿Ana?, discusión que perdió con todos los honores y así lo dejó reconocido; el dolor agudo de la acidez del vientre, el in-móvil Samsung galaxy gt-18190, agujereado por un coche inoportuno; el episodio posterior de la tarjeta sim con sus airados fantasmas; la visita médica –neutral y prorrogada- con todos los temores escondidos en la sombra del futuro; tal vez el miedo invencible, cabrón y manuscrito en cada página que escribía últimamente; la espera reposada, solitaria y sonora para ver qué pasaba –queda dicho ya, hasta las 4 post meridiem-; la doble erre de rafael y rolex, como anillo al dedo o pulsera de muñeca; el absurdo veto a hablar de política; la tortilla de queso, exquisita y frágil, en donde el naúfrago sentía aún las caricias y los amores de antes ….
           Este es el mundo del Poyete, el escenario de su diario íntimo, del que hoy ha querido sacar esta página mágica, contradictoria, añeja y fresca, escrita con la sola soledad del beso y con la mirada en diagonal, esa que se filtra tras el arbolillo de lavanda, hasta otear el leve movimiento de un cuerpo femenino asomado o intuido, que le pone de nuevo el corazón patas arriba. Ya sólo quedan los últimos retales de una cultura alcalaína que -insípida y silente-intenta lo imposible y cada vez más urgente: que otra sociedad amanezca para todas las claudias y todos los danieles de España. Pero eso no lo verá el náufrago. Por eso esta página de su diario íntimo. Porque el náufrago se despide del Poyete para masticar todo el silencio del gran vacío de su existencia. Ahora sí, ahora ya es un náufrago a la deriva… con una rosa verde.

martes, 12 de noviembre de 2013

¿Acabó la crisis?

            Todos los días nos están colando la idea de que estamos saliendo de la crisis. Es el nuevo imperativo promocional de lo bien que lo está haciendo este Gobierno, pese a todos los pesares. El náufrago ni quita ni pone rey (la Goleta es una República), pero sí va a prestar su blog a un texto indeleble, “el día que acabó la crisis”, del profeta JJ. Millás. Nuestro corresponsal de Ideal, Santiago Campos, ya se hizo altavoz de esta columna y la incluyó en su blog (A mi manera, 17-6-13), pero es que el texto es tan clarividente y tan didáctico, es tan verdadero periodísticamente, que merece la pena que el náufrago lo recupere y recuerde, cinco meses después, para comprobar cómo hay textos sempiternos.
             El profeta Millás decía esto: “Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas. Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa -mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.
                            
             Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, entonces la crisis habrá terminado.
              Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, entonces se habrá acabado la crisis.
              Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado. […] Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.” No dirán ustedes que no es impresionante. Sólo que este Gobierno no ha esperado ni siquiera al 2014. El náufrago mandó al blog de don Santiago este comentario: “Magnífico Millás. Un ejemplo de intelectual comprometido contra la calma chicha de este país y a favor de una crítica siempre vigilante y necesaria (18-6-13).

jueves, 7 de noviembre de 2013

Conferencia PSOE

               Pasado mañana comienza la gran cita esperada de la Conferencia Política del PSOE. Preparada durante ocho meses, le llega la hora de su representación, eliminando de esta palabra cualquier tipo de connotación teatral. En la Goleta se vive pendiente de este evento que tendrá en vilo prácticamente a toda la izquierda española. El náufrago la espera con ese nerviosismo propio de lo imprevisible. Puede salir con barba -san Antón- y sin barba -la Purísima concepción, pese a la gran labor de ingeniería política que ha desarrollado el Sr. Jáuregui, coordinador de la ponencia.
               El náufrago la tiene subrayada y resumida y, siempre desde la luminosidad del faro de Rocadura, tiene más preguntas que respuestas, más dudas que certezas y más deseos que realidades. No es pesimismo; es escepticismo. Entiende y aplaude lo de la mayoría social como destinatario, el objetivo claro y rotundo de renovar el proyecto político, el compromiso de ser radicalmente distinto al del PP. En esto, chapó. Pero no todo el monte es orégano. Por ejemplo, que el proyecto se articule sobre la igualdad, la solidaridad y la justicia como base del ideario socialista. Bien, pero … ¿sólo como base? Por ejemplo, para salir de la crisis con esperanzas reales y garantía de progreso. ¡Buenísimo, claro!, pero … ¿cómo? Por ejemplo, dando respuesta y solución al problema territorial, pero … ¿por qué se ha pactado entonces no mentar la bicha catalana? Por ejemplo, favorecer la mayor participación de los ciudadanos. ¡Ojalá! … pero hasta que no lo vea el náufrago no lo creerá. Sirvan estos cuatro ejemplos para describir la angustia existencial que, como en la espera de Godot, el ansia de la misma espera puede devenir otra vez en desencanto. Menos mal que hay boda este fin de semana

.                                      
         Y el proyecto lo dice muy claro: una triple reforma (constitucional, fiscal y electoral), una solución a la triple crisis (económica, democrática y territorial) y la propuesta estrella: las primarias para la elección del candidato a la Presidencia de Gobierno. El náufrago no entiende el carácter “estrella” de esa propuesta. Ni lo entiende ni lo magnifica; está bien, pero a palo seco, sin ditirambos. Es la democratización y participación del socialismo, dándole protagonismo e influencia a las putas bases de la militancia, desde las agrupaciones locales. Es la apuesta firme y decidida por la República como forma de Estado. Es el carácter laico de la enseñanza y de las instituciones de gobierno. Es la batería indomable contra la corrupción, contra el nepotismo y contra la rutinaria y eterna profesionalización de la política …
         Esas son para el náufrago las cuestiones “estrella”. Pero esperemos a que sucedan los hechos y que la representación no termine en dramatización. España necesita un socialismo nuevo para una nueva sociedad. Lo dice la misma Conferencia. Desde luego, ahora o nunca.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Día de difuntos

            No se lo pensó dos veces, cogió la ruta de Otívar y se fue al cementerio de la Goleta. Era el día de difuntos y el náufrago aún no conocía el "campus mortuorum" de aquella isla que lo acogía de vez en cuando con toda la memoria que la naturaleza sabe dar a los hombres que, inocentes como él, habían sido olvidados en las cunetas, fosas comunes, paredones y campos de concentración. Era raro -muy raro- que aún no conociera el cementerio, sabida su afición por estos espacios en donde la vida adquiere todo su sentido.                  Siempre fue el náufrago un amante de los cementerios. Conoce muchos y en cada uno de ellos deja una rosa roja o un trozo de poema que -curiosamente- canta la vida, mientras se distrae con los nichos, lápidas y cruces sepulcrales. Porque al náufrago le encanta disfrutar de toda esa bisutería funeraria compuesta por flores de plástico, rips familiares, crucifijos de latón y caligrafía metálica. Se le van las horas pasando revista a cada una de las lápidas, sobre todo las que tienen fotos. En ellas está el resumen único de todos los difuntos, de todos, de los buenos y de los malos, de los generosos y de los hijosdelagranputa, de los héroes y de los villanos, de los mártires y de los traidores, de los que están en el cielo, en el limbo, en el infierno o en ninguna parte.
             Ya de vuelta, el náufrago oyó por la radio una curiosa noticia. En el cementerio de san José de Granada se había organizado un concierto de Bocquerini y de Mozart con el nombre de “música para el recuerdo”. Suponen bien, la reacción ha sido “mortífera”. Puede resumirse con lo que dijo una señora: “aquí al cementerio se viene a rezar y a llorar por el dolor de los muertos, no a escuchar música como si fuera un día de fiesta”. Piensa el náufrago que hay una cultura sobre la muerte que habría que cambiar, porque con ella cambiaría también la cultura de la vida. Pero para ello habría que suprimir todo ese ritual que empieza en un velatorio follonero, que sólo sirve como escaparate para que te vean, eliminar los responsos, hisopos y caretos del funeral -¡con lo bueno que era el “probetico”!- cuando en realidad era un cabronazo como la copa de un pino.Y habría que cambiar también la liturgia de estos días de difuntos, empezando por prohibir los kyrie eleisons y los crisantemos.Y dejarse de tanto memento homo y tanto dies irae. Menos calamitatis el miseriae y más gloria in excelsis. Pensaba el náufrago en estas cosas mientras se acercaba al cementerio de la Goleta un día como hoy, día de difuntos.
  “Me gusta un cementerio de muertos bien relleno!, escribía el poeta Zorrilla, aquel que salvó al vividor don Juan Tenorio en la macabra y misteriosa escena del camposanto. Pero el náufrago no está por esa labor.
           En la Goleta el día de difuntos se celebra con un gran baile. Sólo bailan los muertos quienes, alegres y llenos de vida, presumen delante de los vivos que, tristes y desesperados,lamentan no poder bailar porque ellos, los vivos, están muertos, mientras los que pasan por muertos son los únicos que viven. El náufrago está convencido de que sería bueno empezar a creer en la vida de los sepulcros.
           Un dato final. Alguien ha comentado que este fin de semana habrá unas 4.000 visitas al cementerio de Alcalá, uno de los cementerios más feos que el náufrago conoce. Sólo una sucesión de nichos adosados, impersonales y neutros, amontonados Ni un recuerdo de la vida, ni un símbolo, ni un monumento funerario de relieve. ¿Cómo puede ser tan feo el cementerio de Alcalá? Por eso lo tiene escrito: un puñado de cenizas en el Rincón de los Poetas, junto a los Versos de tierra. Y por supuesto, Mozart. Pero no su Réquiem, sino el Gloria de la Coronación

lunes, 28 de octubre de 2013

El oficio de escribir

           El náufrago escuchó el discurso de Muñoz Molina en el acto de entrega de los premios Príncipes de Asturias en Oviedo. No es el náufrago un incondicional del novelista ubetense, ni mucho menos,aunque le reconoce calidad suficiente para el puesto y rango que ocupa en la literatura española de hoy. El náufrago conoció a Muñoz Molina en los años 80 del pasado siglo. Incluso coincidían de vez en cuando en las páginas del Ideal de Granada. Antonio con aquella primeriza y excelente serie del Diario del Nautilus y el náufrago como articulista de esto, aquello y lo otro. Después vino su inicio narrativo con Beatus ille,que supuso el primer vuelo hacia una obra literaria que -hoy- es sin duda una de las más sólidas de la generación literaria de la democracia. Un currículum excelente, sí; pese a ello- ya queda dicho y reconocido por el náufrago, no lo convierte en “fan” del autor. Pero al náufrago le ha encantado el discurso que M.M. ha hecho discurrir por el espinoso y empinado tema del “oficio de escribir”. ¡Bravo!
             Ya se puede afirmar en un acto solemne y cultural por excelencia que la escritura es una tarea artesanal, sin que se escandalicen los corifeos de la inspiración. Escribir no es más que “un oficio que pretende descubrir el mundo a través de la palabra”, ha dicho. Y después ha ido hilvanando parejas de un pensamiento dual en contraste, tales como mérito y fracaso, complicidad autor-lector, éxito y olvido, entrega y soledad … y así sucesivamente.

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 Y la asolada crisis, y el desprecio de esta sociedad al trabajo bien hecho, y la trampa de los intelectuales, y … ¡tantas cosas bien dichas ha dicho Muñoz Molina! Y esa cita de José Hierro, premio 1981: “somos el aire de libertad que respiramos”. El príncipe Felipe le ha reconocido a M.M. ser la voz de los necesitados y la rabia de los fracasos, para terminar haciendo un canto glorioso a la literatura como medio de aprendizaje para conocer lo humano y -así- servir de instrumento para mejorar la vida humana. Este es el oficio de escribir, un compromiso y un testimonio del hombre para con el hombre. Los escritores de campanario y florero, los evasivos y marfilistas, los elegidos por los dioses, los ombliguistas, etc. etc. deberían pensar en todo esto. Quedarse en los almendros en flor y en el murmullo de los ríos, tal vez sea mear fuera de tiesto en esta época en donde los intelectuales tendrían que clamar contra la pobreza, la injusticia, la corrupción y el capitalismo salvaje. La Mágina ubetense se une hoy con la Goleta alcalaína, haciendo de la escritura una doble flecha que une las letras del idioma con las fecundas raíces de la tierra.
        Dos días después, los poemas de la II República recordaron en Priego que “siguen viviendo en nosotros todos los nuestros que murieron”. Por eso el náufrago ha disfrutado con el discurso de M.M. Por su tono y por su timbre. Y por haberlo hecho en un acto solemne, en donde lo normal hubiera sido hacer del protocolo un incienso y dar paso a lo políticamente correcto. Pero no, Muñoz Molina ha estado en su sitio y ha dicho lo que tenía que decir.

jueves, 24 de octubre de 2013

Huelga a la alcalaína

        Llega a la Goleta un aviso de concentración por UNA ESCUELA PÚBLICA DE CALIDAD, tal vez como apéndice de tres días de huelga que en Alcalá no se ha notado nada. Los asuntos de la educación y enseñanza tal vez tengan su principal adversario dentro de casa. El caso es que el náufrago sólo ha visto algún grupillo de estudiantes que, diseminados en corrillos, fumateaban por los jardines de villa-elena. O comían churros, o pelaban la pava, o hacían el indio. Huelga vacacional en donde el aburrimiento y la apatía tenían su sede. Ni una pancarta, ni un grito destemplado, ni una mínima mueca de rebeldía. En uno de los dos cartones el tío Gafotas podía leer “Franco ha werto” (del verbo golver). Ya se sabe que en los pueblos casi todo se hace simplón y neutro. Aquí, por estos predios, sólo se movilizan para el carnaval y la procesión. Por cierto, mientras el portavoz estudiantil leía el manifiesto, se ha escuchado una voz salida de
los pisos de arriba que gritaba: “Viva la Virgen de las Mercedes”.
 
            Ha recordado el náufrago aquellas huelgas y manifestaciones estudiantiles de su juventud cuando el fragor de la lucha hacía arder a los grises y a los azules, a los verdes y a los marrones. Aquella arenga suya cuando, como portavoz del comité de la ya por siempre histórica huelga del 86 (la de los dos meses), se dirigió al ministro Maraval, aprovechando su estancia en Granada, y le dedicó aquel “Buenos días, señor ministro”, que puede leerse en Meditaciones del ego, pág. 133 y que fue pinchado en todos los tablones de anuncios de los institutos de la madre Patria.
           Hoy, cuando la ley Wert ha conseguido lo nunca visto, que toda la comunidad escolar -toda- esté contra ella, nos aparece una juventud que convierte la huelga en ocio y el ocio en indiferencia y la indiferencia en hábito y el hábito en a mi plin. ¿Y el profesorado? ¡San Rafael bendito, lo que habría que decir sobre eso! Porque en Alcalá ésta ha sido la huelga que nunca existió, la huelga del nifú-nifá. ¿Dónde la rebeldía, dónde la voz que se haga grito y escándalo, dónde el espíritu que doblegue el borreguismo y la apatía?...¿Dónde los dóndes, los cuándos, los cómos, los porqués y los para qués? Profesores, padres, claustros, universidad, consejos escolares, bachilleres, colegios profesionales, sindicatos, ampas, asociaciones educativas, personal administrativo y de servicios, públicas y concertadas … toda la sociedad contra una ley que recorta, sangra, amputa, elimina, selecciona, empobrece, arrasa, devora los grandes logros de una educación para la ciudadanía, una igualdad de oportunidades no clasista, una promoción de los más humildes por la vía de la educación, una progresiva laicidad de la escuela …Por la plataforma estatal de una escuela pública. !Y en cambio, esta calma chicha alcalaína!
          El náufrago recuerda aquella otra manifestación a favor del PER a la que no fue nadie de los que lo cobraban. La huelga en Alcalá es la crónica de un fracaso. Queda dicho y escrito: si quieres concentrar a la gente en Alcalá, sólo podrás hacerlo para un carnaval o una procesión. ¡Hosanna in excelsis!

miércoles, 23 de octubre de 2013

Poesía y República

       ¿Qué sabemos nosotros de los viejos caminos, qué podemos nosotros recordar de la pasada guerra … Dime por qué el azul sagrado es el color de los que nunca vuelven. ¡Dímelo, otoño mío! El próximo sábado, organizado por los Lunes Rojos del PSOE alcalaíno, militantes y simpatizantes socialistas harán un viaje, dentro del programa turístico-cultural Interciudades. Entre las visitas y actos le llega al náufrago la preparación de una actividad del programa que para éste tiene especial importancia: el recital poético que se ofrecerá en homenaje a la II República Española. La cita tendrá lugar en el patio de la casa del que fuera presidente republicano, D. Niceto Alcalá Zamora, en Priego.
         Con los versos que presiden este escrito se iniciará el recital. Son de A. Trapiello, quien nos pregunta sobre los viejos caminos de la guerra, sobre los pequeños pueblos que se quedaron entre las tumbas y sobre los azules sagrados de los que partieron una mañana antigua y ya no volvieron. Nos pregunta por nuestra memoria. Seguirán versos de poetas desconocidos, como Giner de los Ríos, V. Carrasco, Eunice, Ana Mª Sagi, etc… junto a los consagrados R. Alberti, M. Hernández, R. Morales, L. Cernuda, etc.
              Es otoño. Ese tiempo interior que sustituye al bullangueo del verano. Con las primeras lluvias y las primeras caricias del viento frío, gente del pueblo, humildes gentes de esos pueblos que vivieron la República como un grito y como una esperanza … y recibieron los claros clarines de la guerra. A la poesía triunfal de los vencedores se opondrá la poesía deshecha de los vencidos, de aquellos que nunca serán considerados mártires ni serán beatificados. La de aquellos que fueron leales al Gobierno legítimo republicano. Por eso fueron malos. Y los rebeldes, aquellos golpistas de bota y cinto, que fueron los buenos patriotas. Pero los poemas que se escucharán en el patio prieguense devolverán la dignidad a los que siempre fueron dignos y denunciarán a los que siempre fueron santos.
            El náufrago está ahora en la Goleta. Y tiene puesto -¡atentos!- el disco de las canciones de la puta mili, una joya musical de la dictadura. Y compara esas letras de rutas imperiales, ardores guerreros y destinos en las estrellas con las de los agrios pinares de los muertos, los destierros destemplados y la espesura de las balas perdidas. Y el náufrago se aferra al mensaje de aquellos hombres que “alejados del odio, fueron amigos de la tierra”. Ojalá los nuevos socialistas entiendan que sólo por la vía de la cultura la sociedad será transformada. Y en eso estamos en los Lunes Rojos.

lunes, 21 de octubre de 2013

Cocido Almunia

Cuando el náufrago envió a alta mar su escrito sobre “La garrota”, en plena feria de ganado, aludió a un cocido muy rico, que lo esperaba con esa concupiscencia ardiente que sólo existe en los deseos irrefrenables. Todos saben que un cocido es un guiso que se hace en una olla con agua, que se cuecen revueltos la magrura de carnes distintas con el amantecado tocino del cochino y la sobria verdura verdulera con la patata silenciosa … y los garbanzos. Muchas son sus variantes, desde el famoso cocido madrileño hasta el maragato, lebaniego, gallego, etc. Y el puchero andaluz que, en muchos casos, termina en la “pringá” cortijera. Pero ninguno como el cocido de almunia. Plato de invierno, plato de adietada dieta, plato de vuelcos, plato de servidumbre, plato de pobres (eso era antes). Ahora es manjar de dioses. Todo lo del cochino le viene bien, hasta los andares. Y las sobras en olla podrida o ropa vieja. Para chuparte los dedos con garbanzos, berzas y repollos. No se te olvide el hueso de jamón. Plato único, aunque el náufrago siempre repite un medio … para rellenar los incipientes michelines. Pero estando todos ricos, ya se ha dicho, ninguno como el cocido de almunia en ventura travesset. Para el náufrago es ago más que un plato de cocina y, aunque a él le gusta todo junto, asiste al ritual profano que, con una liturgia “cuasi espiritual”, separa las distintas tomas. Un primer plato de caldo separado para la sopa quasi terapéutica; un segundo de tropezones, el tocino mimoso y mimado con la col albina y la carne trémula y un tercero de garbanzos al trote con la acaramelada zanahoria en el gaznate. Acompañado con rabanillos y cebolleta … , aderezados con aceite de oliva de la Sierra Sur y vinagrillo…¡divino de la muerte! Llevaba el náufrago mucho tiempo sin comer puchero y, desde el poyete del faro de Rocadura, observó cómo la viandas cocideras entraban en la almunia granadina. “Me pondré de grana y oro”, se dijo. Y bien que se puso. Pero el cocido almunia -además- añade una huella, rastrea un suspiro, recrea un tiempo y transporta en cada garbanzo un piropo, un guiño y un requiebro. En aquellos años del hambre, el cocido de pobres resumía una dieta vacía o, como se diría ahora, de supervivencia negativa. Ahora, en estos años pasados del plácido bienestar, fue banquete señorial y festivo. ¿Volverá la crisis a ofrecernos un cocido de “garbanzos tostaos”?

jueves, 17 de octubre de 2013

La casa del coño

Conforme subes por la calle Real, antes General Mola, hacia los altos de la Mota, cuando la insuficiencia cardiaca te obliga a parar un rato, justo ahí -a la izquierda- te encontrarás con un bloque destartalado y en ruinas que, en otro tiempo, fue la referencia urbanística de Alcalá. El náufrago lo recuerda con el sabor añejo de todos los recuerdos perdidos. Construir un edificio de cinco plantas en aquella época, en aquella calle y en aquel entorno podía haber sido el monumento más representativo del disparate, pero entonces no había planes generales de urbanismo ni normas reguladoras de éticas y estéticas. En aquellos tiempos dictatoriales, las autoridades hacían lo que les salía de los “güevos”, sin proyectos, ni calidades, ni informes técnicos. Así nació la Casa del Coño. Le hubiera gustado al náufrago conocer al promotor del estropicio, ahora que tanto se miran las alturas, las calidades y las fachadas. Mayormente para ponerle el nombre de alguna calle o erigirle un monumento en alguna rotonda de la periferia alcalaína. ¡Qué tiempos aquellos en los que la corrupción no tenía eco ni altavoces! El pueblo, siempre tan creativo con el idioma, bautizó el mamotreto superlativo como “la casa del coño”, atendiendo con precisión y semántica a la expresión que todo hijo de vecino pronunciaba cuando, al pasar por su puerta, se quedaba sorprendido de su esbeltez circunfleja y exclamaba aquello de ¡coño, qué casa! Para el náufrago, sin duda, una de las creaciones más sugestivas del habla alcalaína. Debería de comentarse en todas las escuelas e institutos como ejemplo de lenguaje popular. Ahí la tenéis. Con su anagrama frontal, un cono dibujado con la diéresis, logotipo de “coño”, imagen plástica de un icono del hambre y de la miseria. Pero dicen que el promotor del bicho se ganó unos cuantos miles de miles de duros. Edificio plano y monoforme, abalconado aparentemente y dispuesto de ventanales que -en aquellos tiempos- serían la alegría de la calle, el puente visual con el exterior y la mansedumbre de los inquilinos que debían tener algunos “posibles” burgueses… porque todos no podían vivir en el Llanillo. Hasta dentistas, peritos y maestros ocuparon sus moradas. Ahora quiere lavarle la cara el ayuntamiento y desmontar su sobresaliente mole por aquello del alineamiento en altura. También es cierto que su vecindad ha bajado de relevancia social y en la actualidad alberga a “sin posibles”. Y son muchos los problemas humanos que se encierran intramuros y que habría que solucionar urgentemente. El náufrago no está de acuerdo con su demolición, sino muy al contrario. Debería de inscribirse en los distintos itinerarios turísticos (Caminos de Pasión, Ruta Califal del Milenio o la de Castillos y Batallas). Como está. Como habitat de una época en donde todo era oscuro, como patrimonio de la sordidez, como tradición urbana de lo que se llamó “milagro español”. El náufrago sólo aumentaría su reclamo turístico. Y para ello nada mejor que sustituirle el nombre de casa del coño por el de Chichi `s House.

martes, 15 de octubre de 2013

Teresa

La madre del náufrago se llamaba Teresa, aunque todo el mundo le decía María. La sobrina del náufrago se llama Teresa, aunque sus amigos y familiares le dicen Maite. La concejala de Igualdad se llamara Teresa, aunque responde por Tere. El náufrago no conoce a ninguna Teresa que le llamen Teresa. Será, tal vez, por no dar pie a aquella estrofa ripiosa de “teresa, la marquesa, tipití, tipitesa…” No confundir con santa Teresita del Niño Jesús, que esa es otra. Teresa es la nuestra, la de Ávila, la fundadora de la tercera orden carmelita, la teresiana. Pero su nombre era Teresa de Cepeda y Ahumada, doctora de la Iglesia y uno de los grandes nombres de la literatura española. Toma el nombre de Teresa de Jesús cuando decide dedicarse a la reforma de la orden. Al náufrago le tocó en las oposiciones el tema de la literatura mística: santa Teresa y san Juan de la Cruz. Y lo bordó, pues siempre fue el santoral una de las silenciosas aficiones que podían disfrutarse en la Goleta. Santa Teresa llamaba cariñosamente a san Juan “mi senequita”, y hay quien dice que hubo entre ellos algo más que ardores místicos, porque Teresa era pasional y efervescente, lo mismo que un ascua. Y en aquellos tiempos, ya se sabe, intramuros del convento había sus más y sus menos “sersuales”. “Dios está en todas partes, hasta en los pucheros”, decía nuestra mística doctora, en ese lenguaje de camionero del XVI. Es una cita no literal, no vayamos a que salte el Fedriani con que falta alguna preposición. Por lo que cuentan sufrió dolencias y enfermedades a punta pala, pero ella hablaba de misticismos, iluminaciones y arrobamientos. Pero bueno, el náufrago no quiere contar su vida, que ¡vaya vida!, sólo rendirle una página bloguera para la posteridad. Anda por ahí desparramada en reliquias: la mano izquierda en Lisboa, el ojo izquierdo en Ronda, la mano derecha en el Pardo, recuperada por las tropas franquistas de las manos de los rojos y malvados republicanos -y allí se conservó hasta la muerte del Claudillo- el corazón en Alba de Tormes, un dedo en París, otro dedo en Sanlúcar de Barrameda, etc. ¿Y las tetas? Los hagiógrafos no lo dicen, por eso deben conservarse en los dulces de las tetillas de Ávila. En la Goleta se celebra también el día de los Teresos, como reclamo a la igualdad masculina del santoral.Porque vivía sin vivir en ella y porque moría porque no moría …. Hoy se fallará el mercantil y anti-literario premio Planeta. ¡Ave, Teresa, patrona de los escritores!

lunes, 14 de octubre de 2013

Beneálamo ornitomulta

Mientras en la Goleta se retransmite el nuevo martirologio y la beatificación (522) de “los que dieron su vida por su fe y fueron violentamente asesinados”, el náufrago dedica su aburricidio a dejar la crónica de ayer como testimonio de posteridad. El faro de Rocadura brilla con un gran crespón negro. Es un día de fuego y, en su brazalete, el sol se descompone en diminutas estrellas doradas. Deben ser los destellos de los dorados cardenalicios. Y el día de ayer fue tan raro que dio lugar a este título extraño que nadie entenderá: “beneálamo ornitomulta” pero, no se preocupe el querido lector, el náufrago se lo va a explicar. Son dos palabras compuestas. La primera hace referencia al día de la benemérita y la fiesta de Fuente Álamo y la segunda al concurso de pájaros y a una multa de tráfico. Todo un conjunto que nos muestra la compleja y conglomerada tarea municipal de, por ejemplo, un concejal. Con su traje marrón miel, camisa de popelín y corbata asedada tirando a malva rosa, más bonico que un sanluis, el náufrago enfiló a la ceremonia cívico-religiosa de la patrona de la Benemérita, también llamada Pilarica ´s Day o Hispanitatis Calendas. Por culpa del Alolive quien, por cojones, le aconsejó la necesaria y conveniente presencia en tal evento. En su calidad de nuevo Jefe de Seguridad y/o Ministro Municipal del Interior. En el interin misa – copilla, con un calorín de mil pares, raudo y veloz enfiló su ruta de viaje para el acto medioambiental y capuchino de lo ornitológico. Rara palabra ésta -ornitología- para referirse lisa y llanamente a los pájaros. 600 colorines de vistoso plumaje y trinar argentino. Para el náufrago todos los pájaros son colorines y todos son iguales, diferenciándolos sólo por el color. O sea, blancos, amarillo, verdes, etc. Lo que le quedó en duda fue si había más premios que pájaros. A Fuente Álamo se negó rotundamente a ir, por artículo mortis. Probablemente por una inoportuna combinación de su ardor guerrero con las fantas y mirindas del ágape, le sobrevino una leve pero constante colitis disentérica, popularmente diarrea, y dicho en vulgar “cagaera”. Pero le estuvieron mandando “guasap” hasta las tres de la mañana, los muy cabroncetes colegas munícipes. En el insomnio provocado por los mensajes horteroides, dedicó el náufrago su tiempo a hacer un estudio epistemológico sobre la multa de la que fue objeto el Paköma por haber dejado su vehículo motor acariciando una sutil y desdibujada línea amarilla, mientras hacía labores de dependencia doméstica a favor de su querido tío Matías. Una generosa y caritativa ocasión amorosa que le supuso –por pronto pago- sólo el crecimiento negativo de 21 € en su cta. cte. ¡Vaya día éste! Escrito hoy, 13 de octubre, día de san Eduardo, mientras el náufrago tiene puesto el rabillo del ojo en la TV-2, en la solemne memoria histórica de los nuevos mártires de la Iglesia.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Contrarreforma

Se están recogiendo hoy firmas en contra de la LOMCE, la llamada ley Wert, el anteproyecto educativo del PP que, contra todos los pronósticos y partidos, y ahuecado tan sólo por su mayoría absoluta, tendremos mañana convertido en otra ley interina de la educación hasta las próximas elecciones. Todo el mosaico del Congreso –excepto la mayoría azul- votará en contra y toda la oposición se ha comprometido a quitarla en cuanto puedan. Pues nada …!por cojones! Son tiempos de contrarreforma, pensaba el náufrago, mientras colocaba su firma y su deneí en la mesa preparada por cc.oo, ustea, ugt-fete, codapa, gente, cgt, confedampa, interinos y sindicato de estudiantes. Contra la LOMCE y contra los recortes educativos, ese era el lema. En la Goleta ha entrado un ángel endemoniado, con alas de libertad y con pico de cárcel y, aunque todos saben que los ángeles no tienen sexo, el náufrago cree que éste sí tiene: el sexo de la ignorancia. Bate las alas con esa alegría que le da el campo libre, en donde se nota a gusto, como en la gloria; pero también picotea en las panzas de los buitres cono ese pico torvo y huraño que lo alimenta. La plataforma pide la retirada de la ley, pero ¡tururú! Tururú o tararí, que para el caso es lo mismo. Es la doble cara de la enseñanza española. Araceli le ha dicho al náufrago que su hija ha perdido la beca y que ha tenido que pagar 1000 € de matrícula para poder seguir en la Universidad, y que eso le cuesta a ella 150 horas limpiando escaleras, o sea, 20 días de trabajo. Y que qué come. Son tiempos de contrarreforma. El náufrago sabe que esto ya lo ha dicho en el segundo párrafo, pero quiere repetirlo para que se le meta en la cabeza a todos los que se encogen de hombros y no firman "porque tienen prisa". Contrarreforma ideológica, social, cultural, económica, política … A pasos agigantados vamos retrocediendo en todas las conquistas sociales de eso que llamaron estado del bienestar. Ahora estamos en el estado del malestar. Un estado mercantilista, competitivo y desigual que -aprovechando el paisaje de la crisis (que nadie discute)- va a desmantelar ese locus amenus en el que nos habíamos instalado beatíficamente. Pero vino el PP con sus falsas promesas a llenar de golosinas los bolsillos de los ingenuos, de los cabreados, de los pendulares, de los indiferentes, de los vivas-la-virgen….y ha entrado a saco en la casa, en la cabeza, en el vientre y en la cama. El náufrago ha visto desde el faro de Rocadura cómo la gente firmaba. Y como le ocurriera al piyayo del poema, a él le ha dado una rabia y una tristeza imponentes. Porque la contrarreforma partidista popular no tiene freno. Y hasta tienen el cinismo de pregonar por telediarios, tertulias y emisoras que así -de esta manera- se va a acabar con el fracaso escolar y se va a aumentar la igualdad de oportunidades cuando, en realidad, esta contrarreforma iluminará un nuevo elitismo y un mayor arrinconamiento -todavía más- de la escuela pública. Y mientras el náufrago escribía esta entrega urgente, se oía en Radio Alcalá la voz firme y limpia de Antonio Atienza, otro que pasa algún tiempo libre en los lunes rojos.

martes, 8 de octubre de 2013

Frente Cívico

Entre la inmensa multitud del Dessafío, pisado por bicicletas y botellas de aguatónica,el náufrago recogió un arrugado folleto en el que se destacaba un rótulo que decía “somos mayoría”. La escritura del náufrago se alimenta de una dieta variopinta y heterogénea: recortes de prensa, vaciedades de tertulias, noticias barriobajeras, estadísticas amañanadas que -en sana y deseable promiscuidad- comparten mesa y mantel con artículos serios de opinión, editoriales sesudas y entrevistas singulares. El faro de Rocadura es el destino de una literatura y de un pensamiento rebelde y solitario que hace del náufrago el gran arquetipo del romanticismo. Sólo el pirata se le iguala. Nada más expresivo de la libertad que esa isla desierta -la Goleta- en donde un robinson crusoe se detiene y se entretiene. O sea, que se están poniendo los mimbres para crear una nueva mayoría ciudadana que -como alternativa- haga las veces de contrapoder frente a “la nefasta política reinante”. Su nombre: Frente Cívico. Conforme iba leyendo el náufrago los objetivos de tal iniciativa, se le iba descarnando el sueño utópico. Lea usted: - Protagonismo al ciudadano y a la ciudadanía. - Proceso constituyente para una mayoría social. - Prioridad a la democracia, la justicia social, la ética cívica y la cultura. - Freno al dominio del poder económico y financiero de los mercados. - Denuncia y condena activas contra todo tipo de corrupción. - Igualdad real y práctica de todos ante la ley. - Atención preferente a los valores comprendidos en los Derechos Humanos. Al náufrago le encanta esta manera de escribir. ¿Soporte filosófico del 15-M? Pero siga leyendo las medidas urgentes que propone este Frente Cívico para España: - Salarios y pensiones mínimas de 1000 € (media europea) - Reforma fiscal progresiva, anti-fraude y anti-economía sumergida. - Separación total entre Iglesia y Estado - Mejora de los servicios públicos. No a su privatización. - Nueva ley electoral justa y democrática. - Nacionalización de los sectores estratégicos de la economía. - Auditoría de la deuda. Impago de la deuda ilegítima. - Banca pública. Persecución activa de los paraísos fiscales. - No a los desahucios. Éstas son sólo las medidas “urgentes”, que se cierran con una apuesta decidida por la economía sostenible y el mantenimiento y respeto por la naturaleza. Ahora, cuando el PSOE se dispone a inaugurar su Conferencia Política, sería bueno que leyera atentamente este folleto y discutiera la conveniencia o necesidad de tomar nota porque - como me dijo Alolive- “esto puede hacer mucho daño”. Y tanto. El náufrago ha dejado abiertas las ventanas de la Goleta y un viento sano y alegre ha invadido cada uno de sus rincones. ¡Otro canto a la utopía!

viernes, 4 de octubre de 2013

La lepra del Papado

Ha tenido que ser nada menos que el mismísimo papa Francisco quien levante la losa de anticlericales y ateos a todos los que han venido día a día criticando a la jerarquía de la Iglesia, como una estructura piramidal cerrada y a espaldas del Evangelio. ¿Será anticlerical y ateo este papa jesuita? Miles de páginas -y cientos de años- las plumas más agudas y libres de todo el urbi y el orbi han quedado escritas contra esa curia vaticana que era una bofetada continua al espíritu cristiano de la verdadera Iglesia. Es la lepra del Papado, ha dicho. Nada de metáforas ni circunloquios, sin florituras y con firmeza, como un disparo. Así ha sonado la más rotunda y fulminante denuncia contra esa Iglesia triunfal, de terciopelo y oro que, en cada ritual, hace del Vaticano un escaparate de lujo, de joyería y de bochorno. Y de camino, arremete contra “un mundo indiferente ante el hambre y la esclavitud, que lleva a tragedias como la de Lampedusa”. Pensaba el náufrago en estas cosas, mientras oía el “gaudeamus igitur” en la Universidad de Jaén, en la inauguración solemne del curso universitario, acto presidido por doña Susana, Presidenta de la Junta de Andalucía. Los bonetes, togas y escalpelas de los doctorandos tenían (mutatis mutandis) cierto parecido al ritual de los cónclaves y sínodos. ¡Bueno!, la verdad es que el náufrago no estaba allí; allí estaba el concejal. Pero no divaguemos. ¿Nos seguirán señalando con el dedo a los que siempre defendimos una Iglesia de los pobres? ¿Sonará raro ahora que el ritual y la liturgia no valen nada por sí solos y que habrá que acompañarlos con una religión interior? ¿Estará mal visto a partir de hoy afirmar que la Iglesia jerárquica ha sido anticristiana? ¿Se atrevería ahora aquel cura a dedicarle al pobre concejal el sermón de la Pilarica? Pero veremos a ver qué pasa, porque no va a ser nada fácil ni mucho menos; al revés. Ya ha comenzado a circular una literatura anti-Francisco, precisamente desde lo más hondo de la caverna. Afilan sus cuchillos editoriales, artículos de opinión y tertulias que ya hablan del gran error del Espíritu Santo al fijarse en el que fuera arzobispo Bergoglio. ¿Logrará el papa Francisco sus objetivos o le quedarán dos telediarios? Hablando de España, el fin de la era de los Rouco, Cañizares, Pujol, Camino, etc… parece inminente. Nadie se ha atrevido a decir nunca que la curia es la lepra de la Iglesia. Ha tenido que ser ¡un Papa! Es el acto más revolucionario que ha conocido el náufrago en toda su variopinta vida. Hoy mismo ha salido el artículo "La otra memoria histórica". ¿Qué pensará el papa Francisco? ¿Seguirán dándose golpes de pecho esos fieles de velón y sacristía, que se creen que así ganarán el cielo? ¿Seguirá predicándose una fe carbonizada en un culto misterioso y olvidando esa moral de la pobreza, que tan clara se lee en los evangelios y tan oculta se ha tenido desde las primeras comunidades cristianas? El náufrago felicita al papa Francisco por esa nueva manera de escribir encíclicas. Y porque hoy es su día, el de san Francisco de Asís. ¡Felicidades, hermano!

miércoles, 2 de octubre de 2013

La fiesta "nasioná"

No. No le gustan los toros al náufrago. Las corridas, quiere decir. Vamos a ver si nos aclaramos, las corridas de toros, porque las dos palabras por separado, sí. Al náufrago le gustan los toros y las corridas, pero no las corridas de toros. Exceptuando el caballo, no hay animal más bello que el toro. Sin menospreciar el “coite”, no le va a la zaga el regusto por una buena corrida. Pero las corridas de toros, no. A la belleza indomable del toro se le une su bruta masculinidad, su fiero trapío y su escultural estampa, su potencia seminal y su erótica embestida, su imagen de nobleza y su fuerza totémica, tribal y telúrica, que lo hace un animal-icono de la bravura del paisaje en la dehesa. El caballo es elegancia y figura, trote musical y festivo en el paisanaje, caricia leve y presumida silueta, compás y ritmo de baile y de estilo, alazana imagen de femenina hembra. Claro que hay muchos defensores del “arte” (sic) de la tauromaquia: pintores, músicos, poetas, etc. ¿Y qué? Las luchas entre fieras y gladiadores eran seguidas en los circos romanos llenos de gente. Claro que mueve mucho dinero. ¿Y qué? ¿Acaso el fin justifica los medios? Claro que es un reclamo turístico. ¿Y qué? ¿Promocionamos también el turismo de alto puterío porque es otro reclamo? Dicen los “taurómacos” (¿taurinólogos?) que en las corridas de toros hay belleza. ¿Y en la guillotina no hay? Hacer de la crueldad un motivo estético es un argumento degradante para la condición de esa especie animal que llaman “humano”. Nunca la muerte puede ser bella, y la muerte violenta y con saña, menos. Este pensamiento está escrito en el faro de Rocadura, allá donde la luz ilumina las tinieblas. Y ese costumbrismo de peineta y caracolillo (Marca España) del toro enamorado de la luna que abandona por la noche la “maná”, y que convierte sus patas en abanicos de colores, nunca será aceptado por el náufrago. En la Goleta nunca tendrán aplauso ni las corridas de toros como arte ni el boxeo como deporte. Quede escrito hoy, cuando el Congreso de los Diputados declarará la llamada “fiesta nacional” como bien patrimonial y cultural de este país. Ha vuelto la España de pandereta, ahora, cuando recuperamos la economía y la intolerancia de los 50. En la víspera de san Cándido.

sábado, 28 de septiembre de 2013

De calostros y quesos

Mediodía. A la hora del ángelus. Cuando el tiempo te atrapa con el sol del otoño candeal y liviano, un suspiro de mimbre se te mete entre pecho y espalda. La gente en su vaivén te desconoce y el trajinar del pueblo se atasca en las aceras. Entonces. Es septiembre una espera -continua y sucesiva- de valorar la siembra a la luz de la cosecha. Mes de uva y membrillo, de los santos mateos otoñados por un viento de feria, que te invita a esconderte en los primeros pliegues de la cama. El campo está fundido en un paisaje que comienza a poblarse de amarillos. Sobre todo en la blanca Ermita Nueva, la ciudad de los pestiños. Aquí. Y es que –últimamente- al náufrago le ha dado por lo agropecuario. Monacal en la soledad herida de los libros y de los versos, se decide a olisquear otros humos y otros lares. A la vejez, viruelas. Fue que vino la Sra. Delegada del Gobierno de Andalucía, doña Puri, a rastrear viejos asuntos con los aires cambiados de los nuevos tiempos. ¡A soñar de nuevo!, se oyó en el faro de Rocadura. Y una nota subrayada en su agenda: la quesería de la Sierra Sur. No conocía el náufrago esas tareas tan cortijeras del calostro y del queserío, así que -velozmente curioso- enfiló el camino de esos parajes tan aldeanos. Porque llega un momento en que el aprendizaje se hace urgente por si la muerte te agarra los talones. Así que vio las dependencias artesanales llenas de leche, olor a queso, blanco en lo blanco, cabras y ovejas adivinadas en los pastales de otras tierras. Y recordó los calostros. Aquellos calostros de la calle Los Caños, como primera leche de todas las leches, la leche embarazada, serosa y amarilla, pegajosa y densa, como un chicle líquido o un yogur sediento. Aquellos calostros como primera toma del crecimiento de la postguerra. Con ese gusto amamantado, tan rico entonces, que aún conserva la huella original de la pobreza. Aquellos años del hambre cuando el calostro, a falta de leche, era el manjar oscuro de la tarde que había que calentarlos tres “hervuras” para ahuyentar las bacterias y los hongos siempre al acecho. Y el náufrago recordaba las cabras por las calles, con el cabrero aterido por los sabañones de los días helados de diciembre. Una estampa desconocida hoy en día, achicada en esa memoria del olvido que es la historia inacabada. Ahora, que tanto se habla de inmunización pasiva, el náufrago dibuja en la Goleta un verso dedicado al calostro, como un piropo herido. Ojo a las alergias, diarreas y vómitos, se dice, como si esos alimentos de lata del progreso consumista no fueran más peligrosos. La vieja escena en la cocina de la leche de cabra ardiendo viva, mientras los picatostes te devoraban el hambre. Como las oscuras golondrina de Bécquer, ya no volverán. Y luego el queso, leche cuajada por humedales mohosos, regalo de dioses para los griegos, sabores vivos de distintas natas, añejos o curados, grasa y textura de leche vieja. Esta es la estampa -calostro y queso- que el náufrago os escribe en la víspera de san Miguel, patrón de Armilla, pero que tiene más cojones que el de Churriana. Desde la sola soledad de la Goleta.

martes, 24 de septiembre de 2013

La garrota

Tras una noche sonámbula -larga y extensa- el náufrago se levantó a las tantas. Le dolían los tímpanos de tanta sordera acumulada en las vueltas y revueltas de la cama -airadamente insomne - mientras al lado de la Goleta, como un bestiario desbocado, el Ferial asomaba su cara interminable de cacharros, botellas y ruidos. El infierno sí existe. Dijo que no, que no había feria, y se encerró en el tobogán de sus sueños, con agua y melón, y se chuparía el cinerama completo del Paramount Chanel. Pero, mire usted por donde, con el último bocado de la tostada, llegan Paköma y Alolive y lo engatusan para dar una vueltecilla por la feria de ganado. ¡Lo típico y popular!, le dicen. De siempre, el náufrago ha deseado tener una cabra, así que… ¡A la feria de ganado! No siendo versado ni en ganado ni en cabras, le venía bien el conocimiento enciclopédico que Alolive tiene sobre el tema, quien le aconsejó sobre cabras jarropas. -Pero si en las ferias de ganado no hay ya cabras, intervino Paköma, sacando un real documento ganadero de un archivo del XVII. -Pues si no encuentro la cabra jarropa, me compro una garrota, contestó decidido el náufrago, al tiempo que se acercaban al descampado del Silo con un calorín otoñero que “pa qué”. Efectivamente, no había cabras, así que …!a por la garrota!. -La garrota tiene que ser de fresno, de ese que crece en los barrancos del Camello y del Palancares; no vayas a confundirlas con las de mimbres y quejigo. ¡Ésta, ésta es buena … y muy bien de precio, 5 pelotes! Y así fue como consiguió el náufrago su garrota deseada, a falta de la cabra jarropa, al mismo tiempo que recibía una lección de cultura agropecuaria. Paréntesis: (Alolive estaba muy contento por lo de concejal. Hombre sencillo, directo, formal, eficiente, comprometido …¿le darán la Delegación de Cofradías?). -Venga, una foto “pal náufrago”, dijo Paköma, que tiene una cámara movilística parecida a la de los ministros y consejeros. ¡Una foto a la garrota! Ya de vuelta, la conversación giró sobre caballos. Una mula roma, ¿sabes?, es la hija de burra y caballo. Y una jaca, ¿sabes lo que es una jaca?, pues una yegua joven, ¡no, hombre, no!, un caballo “capao”. Subió el náufrago al faro de Rocadura para hacerle un poema a la garrota, pero se quedó dormido y, en sus sueños, se le apareció de nuevo aquel “cocido almunia” que se había comido días antes y le había devuelto el disfrute de los saberes y sabores culinarios de la sirena… como un gozo recobrado. Porque el náufrago sabe que nunca comerá un cocido tan rico. Así que el poema a la garrota quedará para otro día.