Piensa
el náufrago que los barrios de las ciudades deben ser la matriz de toda la vecindad,
ahora que tanto se habla de participación ciudadana en el discurrir democrático
de los pueblos. En la Goleta
siempre hubo una estrecha colaboración entre los nativos indígenas de la isla y
sus visitadores, a excepción del enano de la venta que siempre hacía de su capa
un sayo y se pasaba por los “alvéolos” toda norma de convivencia social, pues
su misantropía le obligaba a estar más solo que la una y, al acecho siempre,
espantaba la ganada y merecida hospitalidad de los goletienses.
No
ocurría así en la Huerta
de Capuchinos, un barrio comprometido cultural y socialmente que, con la batuta
de Paköma, preñaba el año de actividades dirigidas al cultivo del cuerpo y del
alma como ideal de perfección, según nos
dejara dicho un tío que se llamó Platón, allá por los años antecristianos del
siglo V.
El
náufrago ha estado en las fiestas del barrio de la Huerta , o en la huerta del
Barrio, que tanto monta. Mayormente para poner en juego su título de campeón
intercontinental de mus, que ha perdido para regocijo y chanza de un tal Jorge,
nuevo lumbrera y portento del naipe, según recoge merecidamente el
pseudo.trepabuques. El cambio de órdago deja muy dañado el currículum
“musístico” del náufrago, pero …!qué le vamos a hacer!.
También
fue eliminado del dominó, al nuevo estilo de la Roja , o sea, a las primeras de cambio. El
náufrago lo hace público para que también sean conocidos sus fallos y no sea
todo un escaparate de sus muchos y extraordinarios aciertos.
Después
del “cup of relaxing dominó” junto a su hermano Enrique, quien aprovechó el
encuentro para llevarle una canastilla de albarillos, también llamados “tontos”,
comióse una tajaílla de pinchito, pues como hubo gente que se llevó para su
casa, más de uno se quedó a dos velas. No le desea mal alguno el náufrago, ni
siquiera que se vayan de vareta.
Pero
no es éste el asunto que se discute junto al faro de Rocadura en estas noches
julianas de mirada oblicua y pezón emergente.
Lo
importante es celebrar gozosamente que la Huerta del Barrio o el Barrio de la Huerta siga siendo una
asociación vecinal modelo de participación en la vida social alcalaní. Un enjambre
de camisetas colgadas coloreaban el limpio celeste de la plaza y daban -así- la
original bienvenida a los viandantes (portadores de viandas) que hicieron del
encuentro una ocasión de ágape y conversación. Sólo el enano de la venta se
escapó a su escondite, en la lóbrega Cueva de los Murciélagos.
El
náufrago da fe de ello y, desde la plaza de Juan Carlos I, futura de Felipe VI,
felicita a todos los participantes. Hoy, festividad de una virgen marinera
Con
mi verbo feliz, enhorabuena,
huerta de
sauces, de barrio capuchino,
brillo que brilla lunar y matutino
sendero hecho de fe y de verbena.
Muy brillante comentario y mi más grande agradecimiento en nombre de la Junta Directiva, socios, simpatizantes, vecinos de Huerta de Capuchinos.
ResponderEliminarColabora lo hicimos slogan para compartir con Intermunicipios y entorno de la Ruta del Califato y Aldeas.
Muchas Gracias.