El náufrago quiere compartir sus dolores de cabeza con todos los que hacen de la escritura un misterio y del misterio una vida. Sólo pide la inocencia desnuda de todos los quixotes y esa búsqueda urgente de la razón social frente a la fe de los carboneros.
El náufrago confía en que otros náufragos, o celestinas, o solitarios, o segismundos, o aventureros, o lazarillos, o robinsones, o tenorios, o puntos suspensivos … se unan con placer y complicidad a esta tarea.
Muy brillante, pero las fotos se comen la poesía, que apenas se leen.
ResponderEliminarmuy bueno, digno de un gran culé, seguidor y admirador de alixis.
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