Eso propone el náufrago a todos
los habitantes de Alcaline Goleta Word, o sea, a todos los goletistas alcalaínos
del mundo. La propuesta es muy simple: que haya al año, al menos, una semana
pagana. Una semana al año en la que no se publique ni una sola noticia
religiosa, ni una foto mariana, ni un rito litúrgico. Y por supuesto, una
semana en la que no haya ni una procesión y disparo de cohetes. Una semana
pagana en la que no suene ni un toque de corneta. ¡Una semana al año!
Porque España es toda ella un
mapa cristiano. Por ello, el náufrago también sugiere que se sustituyan los
mapas tradicionales y clásicos de ríos, cordilleras y ciudades, por mapas de
romerías, santuarios, fiestas patronales, novenas, canonizaciones, etc… El náufrago
confía en que no le llamen intolerante porque no pueda aguantar todo el año
completo sin rechistar y reclame una semana, ¡sólo una!, al año, libre de
jaculatorias y veni creator.
No, no va a ser fácil aceptar la
propuesta de la semana pagana porque, según le comunican al náufrago los
archiveros de la Alcaline
Goleta Word and Corporation, ahora se nos va toda la
primavera con las comuniones, fiestas patronales de las aldeas (cruces, fátimas,
flores, sanisidros y demás), el Cerro y el Rocío, el Salogral y la Joya … para desembocar en un
agosto que será la releche porque -este año- está siendo “de devoción especial”
por aquello de la coronación canónica.
Llega al faro de Rocadura el
argumento eclesiástico: que eso pasa porque todas las fiestas son cristinas y
qué le vamos a hacer. Pero el náufrago sabe que no, que en su origen todas las
fiestas eran paganas y que fue la
Iglesia quien las cristianizó y las hizo suyas. O sea, que
rompió la tradición. Hasta la fiesta pagana por excelencia, el 1 de Mayo, la
convirtió en san José Artesano.
Así que no, no va a ser fácil
aceptar la propuesta, tan sencilla y lógica como parece. En el informe antes
citado de los archiveros se concluye que para hacerlo posible sería necesario que
el año fuera más largo. Así que habrá que proponer que el año tenga 372 días.
Y eso que, como dice Rouco
Varela, la Iglesia
está perseguida en España. El náufrago no quiere pensar en qué pasaría si no lo
estuviera.
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