El náufrago ha decidido escuchar en este día valentiniano una sola canción, Viatge a Itaca de Lluis Llac. A todo volumen, por los silenciosos altavoces de la Goleta, mientras que en la playa la sirena azul se mece con sus alas de nieve y se funde en la espuma de las olas. Tiene el náufrago una carta que escribió hace 26 años, el 14 de febrero de 1987, y que salió en el Ideal de Granada. Y ha decidido leerla mil veces en el día de hoy. Canción y letra para ahuyentar a la manada de gilipollas que hacen hoy un día de jiji-jajá y de corte inglés. La carta fue dedicada a Valle, una hija de rubia timidez, crecida como novia en el ancho corazón del sueño, cuando creyó que el agua y los almendros le amanecían con sus 18 años.
El náufrago quiere compartir con sus lectores algunos párrafos y decir en voz alta que sigue pensando lo mismo:
- Quiero que aceptes que San Valentín tiene siempre un cuerpo de carne y hueso y que el Día de los Enamorados no siempre viene con su calendario rojo, azul o verde, porque en el amor también pintan bastos, grises y marrones.
- Qué puedo decirte en este día en que la ilusión se siembra y –encendida- me ofreces la gran cosecha del vino y de la risa.
- Y yo te digo que amar es conocer al otro, aceptarlo tal cual es, darse en su plenitud y no pedir por ello nada a cambio. Esto último es lo que hace que San Valentín no sea siempre el ángel bueno que nos hace aire con sus alas. Porque amar es principalmente un verbo activo, un verbo en lucha, un verbo potencial; su proceso nunca es acabado, ni perfecto, ni mucho menos, pasivo. La entrega amorosa nunca es renuncia del yo, sino su recreación en el otro. […]
- No confundas la siembra con la cosecha, pues ahora te será fácil adornar el jardín, pero vendrán tiempos de hielo.
- Sé siempre libre, porque la libertad te dará tu credencial como persona. Conserva este amor que ahora mismo te devora y hazlo arder en cada rato. No esperes sentada a que se te dé gratuitamente. Créalo. Mientras tu corazón esté lleno de él, sentirás que tu alma joven nunca conocerá el cansancio. El amor no es sólo sentimiento; es idea y diálogo, cultura y personaje, reflexión e instinto, comunicación y reposo. También es vena y luto, aplauso y lágrima, equinocio y solsticio... lucha.
- El Día de los enamorados es siempre un día erótico, pero hay demonios en el jardín destruyendo castillos de colores. El triunfo del amor nunca podrá ser rutina, aunque sí lo cotidiano. Eso es todo en este día.
Mientras el náufrago escucha Viatge a Itaca, la sirena se va adentrando poco a poco en las aguas … como una Penélope que esperara el nuevo beso de Ulises. Ni corazones rojos ni flechas de Cupido. Absténganse los coleccionistas de estupideces o los em-palma-os, sean duques o no.
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